A los mexicanos nos encanta enchilarnos, fiestear, comer antojitos ricos y… decir que “sí” a (casi) cualquier cosa, porque la palabra “no” no está muy arraigada en nuestro vocabulario: la armonía y la cortesía son la bandera de casi toda la población, incluso cuando eso nos puede generar incomodidad personal.
¿Por qué los mexicanos no sabemos decir que 'no'? Un estudio lo analiza

No es una afirmación a la ligera. Al menos 74% de los mexicanos encuestados para un estudio de mercado realizado por Toluna confesó que acepta asistir a reuniones incómodas solo por compromiso. Es decir: nos bancamos nuestra propia incomodidad antes de incomodar a los demás.
Te puede interesar leer:
De hecho, 63% de las personas lo hacen para evitar caer mal incluso cuando eso implica salir con gente que no les agrada; solo 37% aseguró que dicen que “no”.
Pero incluso para rechazar una invitación somos expertos en darle la vuelta y solemos usar el “caigo más tarde”, en lugar de decir directamente que no llegaremos a una reunión. De hecho, esta fórmula es utilizada por 64% de jóvenes de entre 18 a 29 años; pero entre los 30 y 39 algo nos pasa que hasta 69% prefiere negarse de formas “más amables” aunque menos directas; para los 40 a los 47 disminuye nuevamente a 63% de las personas.
Y es que la presión social juega un papel importantísimo en este no saber negarnos.
Al menos 65% de personas de entre 18 y 29 años va a reuniones con gente con la que no tienen nada en común, solo porque alguien más les invitó; para los 30 a 39 años esto disminuye un poquito y 63% lo hace; mientras que de los 40 a 47 años cae otro poquito a 61%.
¿Por qué nos cuesta tanto decir que “no”? Es una palabra monosilábica, pero poderosa que no empata con la cultura de “cortesía y mantener la armonía” que es un pilar en nuestro país, incluso cuando eso sobrepasa nuestros propios límites y genera estrés, agotamiento o malestar emocional.
Más sobre mexicanos:
De hecho, esto permea incluso en situaciones divertidas, como que el 55% de los mexicanos pasa al círculo de baile en una fiesta aunque no le guste ser el centro de atención, o situaciones que podrían poner en riesgo nuestras finanzas, pues hasta 41% de las personas aceptan una tarjeta de crédito que no deseaban.
¿Y en el trabajo? La situación no cambia mucho. De las personas de entre 18 y 55 años que respondieron durante un panel digital, 65% admitió que suele cancelar planes familiares o con amigos, pero no las hora extra en el empleo.
De hecho, este porcentaje también puede ser diferente dependiendo del rango de edad: hasta 71% de las personas de entre 30 y 39 años extienden su jornada laboral, aunque eso signifique cancelar planes personales.
Otros temas interesantes:
Hacia los 40 la cosa cambia un poquito: 66% sigue priorizando temas laborales, sin embargo esa disminución sugiere que con el tiempo hay una mayor inclinación a priorizar otras áreas de la vida.
Y entonces… ¿cuándo aprendemos a decir que “no”? Tal vez es momento de comenzar a priorizar nuestro bienestar emocional y comodidad, antes de aceptar por las expectativas de otras personas.