Guillermo del Toro es uno de esos individuos que siempre arrancan una sonrisa. No nos referimos al director, sino a la persona. Esta situación ha sido clave en su éxito, además de que le ha convertido en una de las personas más queridas en buena parte del mundo y muy especialmente en su natal México. ¿Te ha pasado y quieres saber por qué? Te dejamos las razones por las que todos amamos a Guillermo del Toro. ¿Con cuántas te identificas?
Razones por las que todos amamos a Guillermo del Toro
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Sus películas
Queda claro que Guillermo del Toro es una estupenda persona más allá de su profesión y así lo indican todos los registros de quienes lo conocieron mucho antes de que llegara a lo más alto. Sin embargo, es imposible dejar de señalar su labor como director que invariablemente ha representado su primer acercamiento con las audiencias. Hablamos de alguien dotado de un enorme talento con el que ha sido capaz de construir todo tipo de historias, del drama al blockbusters. Eso sí, todas dotadas de elementos representativos que además de darle el estado de autor, han sido una ventana abierta a su forma de ser y de pensar. Y por supuesto, han contribuido a crear una conexión emocional casi inquebrantable con el público.
Su amor por el cine
Todos tenemos una pasión que nos define. La de Guillermo del Toro es el cine y no duda en manifestarlo en cada ocasión. Para lo bueno, con recomendaciones de películas que le han enamorado o exaltando la labor de cineastas ascendentes o consolidados. También para lo malo. Esto último es importante, ya que ha aprovechado su posición para convertirse en un auténtico defensor de la cinematografía. No hay que ir muy lejos para demostrarlo. Primero con la campaña promocional de Pinocchio, en la que declaró hasta el cansancio que la animación es cine y es arte, celebrando además a todos los artistas que hacen posible esta magia. Un esfuerzo titánico por romper viejos estigmas en torno al audiovisual animado.
La sistematica destruccion del Cine Mexicano y sus instituciones - lo que llevo décadas construir- ha sido brutal. Sobrevivimos el sexenio de Lopez Portllo pero esto no tiene precedentes.
— Guillermo del Toro (@RealGDT) November 25, 2022
Más recientemente con su dura crítica a las autoridades gubernamentales que en menos de una semana atentaron con destruir el legado del Festival Internacional de Cine en Guadalajara y la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas. Esto al dar visibilidad a las respectivas crisis que atraviesan mediante un tuit en el que señala que “la sistemática destrucción del Cine Mexicano y sus instituciones - lo que llevo décadas construir- ha sido brutal. Sobrevivimos el sexenio de López Portillo, pero esto no tiene precedentes”.
Sus deseos de ayudar al prójimo
Guillermo del Toro se sabe afortunado de poder ocupar la posición en la que está. También es consciente de que el público ha sido determinante para ello y por consiguiente aprovecha cada ocasión para tratar de regresar el favor.
Ahí están las becas de las que forma parte para demostrarlo: la ANIMEXICO en colaboración con Cinépolis y el Festival Internacional de Cine de Morelia que permite que jóvenes talentos cursen una Maestría en Artes, Animación de Personajes y Realización de Cine Animado en GOBELINS, considerada la mejor escuela de animación en todo el mundo; la Jenkins – del Toro junto con Fundación Mary Street Jenkins, la organización del Patronato del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, A. C., la Universidad de Guadalajara y la Fundación Universidad de Guadalajara A. C., y que permite a los beneficiados estudiar cualquier disciplina cinematográfica en cualquier parte del mundo.
O El Taller del Chucho, hub creativo que fundó en Guadalajara y cuyos artistas fueron responsables de varias secuencias importantes de Pinocchio. Un espaldarazo de confianza al talento de la animación mexicana. Más recientemente, también manifestó su deseo de apoyar a la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas a la realización del Ariel 2023 ante la drástica reducción de su presupuesto por parte de las autoridades.
Sus esfuerzos no se limitan al cine. En el 2017 fue contactado por un retuit en busca de apoyos para pagar una biopsia y terminó pagando por ella. En el 2020 cubrió el tratamiento de una artista sin seguro para cubrir una insuficiencia renal crónica. En ese mismo año apoyó a doce estudiantes del equipo de la Sociedad de Matemáticas para que asistieran a las Olimpiadas que se llevaron a cabo en Sudáfrica.
La lista es larga y está en continuo crecimiento, lo que deja la sensación de que Guillermo del Toro siempre está ahí velando por los suyos.
Por sus monstruos
Mientras la industria cinematográfica ha concentrado sus esfuerzos en exaltar la belleza y la perfección, Guillermo del Toro nos ha dado monstruos. No esos que inspiran miedo, sino que invitan a la compasión y sobre todo a la reflexión sobre nosotros mismos.
Nadie mejor que el tapatío para explicar su interés en estas criaturas. Así lo dijo tras ser reconocido en los Globos de Oro 2018 por La forma del agua: “Desde niño le he sido fiel a los monstruos. Ellos me han salvado y me han absuelto, porque creo que los monstruos son los santos patronos de nuestras bellas imperfecciones y representan la posibilidad de fracasar y vivir”.
Hoy día podemos decir sin temor a equivocarnos que Guillermo del Toro es el cineasta que mejor ha comprendido la valía simbólica del monstruo desde James Whale, quien hiciera lo propio con el Frankenstein de Boris Karloff hace casi un siglo.
Soy mexicano
Porque es mexicano
Guillermo de Toro aprovecha cada oportunidad para manifestar su orgullo por México. No sólo con referencias cinematográficas, sino con incontables muestras de amor. Hay dos que vienen a la mente de todo aficionado: cuando llevó un lábaro patrio a la presentación de su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. La más famosa es cuando fue cuestionado sobre cómo siendo tan alegre entendía tan bien las caras más oscuras de la humanidad.
“Soy mexicano”, respondió. “Nadie ama la vida más que nosotros”. Su frase no tardó en viralizarse y en pasar del meme a la exaltación de un orgullo que todos sentimos muy dentro de nosotros. ¡Gracias por tanto, Guillermo del Toro!