Así fue como los psicólogos de LaLiga ayudaron a los futbolistas en la pandemia
Ante el aumento del estrés y la ansiedad en los equipos del torneo español, los psicólogos recurrieron a estudios de la NASA, de trabajos en submarinos y estaciones polares.
La pandemia de Covid-19 ha golpeado al mundo entero de manera sin igual durante el primer semestre de 2020. Ha afectado a toda la sociedad sin importar clase social, procedencia, oficio o género. También a los deportistas de élite y, entre ellos, a los futbolistas de LaLiga española, que concluyó recientemente. “Un deportista de alto rendimiento es persona antes que deportista, por lo que la afectación es similar a la de cualquier otro ciudadano”, expone Juan Manuel Gamito Manzano, coordinador del Área de Psicología del Sevilla FC.
Este confinamiento de casi ocho semanas –en España fue del 14 de marzo al 7 de mayo para los futbolistas profesionales– fue un partido inédito en las carreras de estos jugadores de élite. Un partido que nunca imaginaron tener que disputar y en el que, tan importante como el físico, fue la psicología y mentalidad con que lo afrontaron.
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Por fortuna para los futbolistas, han contado con la ayuda que les han brindado los clubes de LaLiga, de la mano de sus psicólogos. Un miembro cada vez más importante de cualquier cuerpo técnico, y parte fundamental de esa suerte de entrenamiento invisible que necesita el futbolista. Si hace algunos años su desempeño en el futbol estaba estigmatizado, hoy está más que normalizado.
“Los psicólogos somos habilitadores de recursos. No podemos cambiar realidades, pero sí ayudamos al jugador a que tenga una serie de herramientas para gestionar la realidad que le toca vivir”, explica Lander Hernández, responsable del departamento de Psicología y Formación del Real Valladolid.
Su etiqueta de ‘loqueros’ huele ya a naftalina. Son potenciadores del rendimiento, como podría serlo un preparador físico o un nutricionista. Y en un deporte tan profesionalizado como el futbol de hoy en día, a la larga el psicólogo puede marcar esa indescifrable diferencia entre ganar y perder.
“Hay jugadores que lo han pasado realmente mal, algunos tienen un nivel de estrés importante en su vida ordinaria y, en esta situación extraordinaria los niveles de estrés han sido brutales. Hubo que hacer intervenciones específicas con este tipo de jugadores, de manera individualizada, porque el confinamiento hubo veces que les pudo”, reconoce Juan Manuel Gamito.
La casuística era muy variada en los clubes, con jugadores de otros países, con hijos, con pareja o solos, y esto se multiplica exponencialmente cuando se trata también de las Academias, donde pueden confluir entre 500 y 700 jugadores más, dependiendo del club en cuestión. Ante esta situación, los departamentos psicológicos han debido hacer un trabajo titánico y, literalmente, inédito.
“Era una situación tan excepcional que no habíamos vivido, que en el Levante UD fuimos a buscar situaciones similares. Y encontramos más de 20 estudios en trabajos en confinamiento: por ejemplo, en estaciones espaciales, y conseguimos algunos estudios de la NASA. Conseguimos estudios de trabajos en submarinos, en estaciones polares...", revela Juan Miguel Bernat desde el Departamento de Psicología de Alto Rendimiento del club granota.
En el Athletic Club encontraron otro patrón a seguir: “Las demandas psicológicas, según avanzaba el confinamiento por la Covid-19, se iban pareciendo mucho a la situación de un jugador lesionado de gravedad: tengo mis planteamientos y de pronto sucede algo que no puedo controlar, y eso hace que tenga que reestructurarlo todo. Así que fuimos adecuando nuestro protocolo en función de eso”, explica David Rincón, psicólogo del club bilbaíno.
Para los psicólogos era importante, en primer lugar, hacer que el jugador se adaptara y aceptara la realidad que debía vivir durante el confinamiento, para así identificar y controlar los síntomas de ansiedad. Para ello, una recomendación que se ha repetido entre los psicólogos de LaLiga consultados fue la de establecer unas rutinas, unas actividades y una alimentación adecuada. De este modo se jugaba con la motivación y la resiliencia, focalizándose en el presente para reducir la incertidumbre, fijando objetivos a corto plazo y reevaluando las expectativas que tenían los jugadores cuando se toparon con este confinamiento.
“Los futbolistas reciben su gratificación y su fuente de autoestima de la realización del deporte. Si eliminas esa satisfacción por dominar tu ámbito, puedes tener problemas de autoestima”, explica Lander Hernández desde el Real Valladolid.
Las técnicas habituales de relajación, e incluso la meditación, se han mezclado con otros ‘trucos’ particulares. “En el Levante UD hicimos vídeos tutoriales específicos de inteligencia emocional. Esos estudios de trabajos en confinamiento como los de la NASA o estaciones polares adelantaban lo mucho que podemos estar sujetos a vaivenes emocionales: en un mismo día estar alegres, irritables, tristes…”, explica Juan Miguel Bernat.
Ha sido habitual para los psicólogos tener que asistir en la regulación del sueño, un problema más que habitual al no haber la misma fatiga mental ni física. Los consejos desde el club granota: no ver el móvil ni la televisión en la cama, encontrar la habitación más fría o darse una ducha antes de ir a la cama, cenar antes y ligero, etcétera.
Una de las técnicas más ‘simples’ y curiosas fue pedirles a los jugadores que entrenasen desde casa con la equipación oficial del Levante UD: “Uno de nuestros mensajes desde el principio era que seguíamos compitiendo. Estamos todos en la misma situación y el que más se cuide, llegará con una ventaja competitiva. Al ponerse la equipación oficial cuando entrenaban, los jugadores seguían ligados al club. Y además, al estar teletrabajando, ese cambio de ropa te permite ‘entrar o salir del trabajo’, que tu cabeza entienda que hay una noche y un día”, analiza Juan Miguel Bernat.
Hay un tipo de personalidad que se llama ‘resistente’, con atributos entrenables. Si los tienes, te puedes enfrentar a las adversidades con una mayor probabilidad de superarlas desde el punto de vista anímico.
Asimismo, en el Levante UD han trabajado muy fuerte también el concepto de ‘personalidad resistente’. “A principios de los años 90 se detectó que hay un tipo de personalidad que se llama ‘resistente’, con atributos entrenables, y que, si los tienes, te puedes enfrentar a las adversidades con una mayor probabilidad de superarlas desde el punto de vista anímico”, revela Juan Miguel Bernat, quien precisamente ‘subió’ al primer equipo levantinista en 2017-18 desde el filial, en mitad de una temporada ruinosa en LaLiga Santander donde nunca se supieron digerir las derrotas tras una ascenso con números históricos [acabaron logrando la permanencia con holgura].
Por su parte, en el Athletic Club contaron con una herramienta que puede ser pionera en LaLiga Santander para compensar así ese déficit de actividad física y cognitiva sufrido durante el confinamiento –y que a la larga reduce la velocidad de reacción, y la capacidad de concentración, memoria y aprendizaje, según los estudios de la NASA consultados por el Levante UD–.
“Tenemos un oftalmólogo en el Athletic que trabaja a nivel de agudeza visual para mejorar así los reflejos y velocidad de reacción”, desvela David Rincón. “Igual que desde el club han mandado entrenamientos a los jugadores para la preparación física durante el confinamiento, nuestro oftalmólogo también ha mandado ejercicios para la agudeza visual, pues a la hora de la toma de decisiones hace que mejore mucho tu respuesta al estímulo”.
Mientras tanto, en el Sevilla FC, donde el departamento de psicología está más que asentado después de 21 años desde el curso inicial en 1998-99, fue especialmente efectiva la reestructuración cognitiva. “Han aparecido distorsiones cognitivas: el típico catastrofismo de ‘aquí no salimos’, ‘aquí morimos todos’… Así reestructuramos tus ideas para que no te hagan tanto daño en tu percepción de la realidad. Que no ha sido bonita, pero hay que ponerla en su justa medida”, cuenta Juan Manuel Gamito.
Además, con la cantera hispalense hicieron el Challenge ‘Nunca nos rendimos’: “Creamos siete retos semanales para recuperar un poco de esa competitividad necesaria”, explica Juan Manuel. “Eran retos como el del papel higiénico, otro con toallas, otro con pelotas… Los chicos mandaban sus vídeos, los compartíamos, y en cada reto daban las gracias a un colectivo: fuerzas armadas, servicios médicos, servicios públicos, los dependientes. Los chicos han estado enganchados y así hemos mantenido la cohesión del grupo”.
EL REGRESO A LOS ENTRENAMIENTOS
Ese sentimiento de pertenencia a un grupo ha tenido que seguir siendo trabajado incluso cuando acabó el confinamiento y los jugadores profesionales pudieron volver a entrenarse. Y es que, según el exhaustivo y concienzudo protocolo elaborado por LaLiga en colaboración con las autoridades sanitarias para proteger a los propios futbolistas y garantizar el éxito en el retorno de la competición, durante las primeras fases los futbolistas tuvieron que entrenarse sólo de manera individual y, posteriormente, en grupos muy reducidos. Pero siempre sin contacto físico, sin casi poder permanecer en los centros de entrenamiento y sin ni siquiera poder ducharse ni utilizar los vestuarios. Sin ser un equipo. O al menos, un equipo como al que estaban acostumbrados. Así, desde el 7 de mayo hasta el pasado 1 de junio.
Lo más duro es el tema relacional y el futbol es un deporte de mucho contacto. Los jugadores son compañeros y amigos. Y eso se ha cercenado, porque hay que mantener las distancias.
“La ‘nueva normalidad’ es muy rara. No tiene nada que ver con lo que teníamos. La ciudad deportiva la tenemos bunkerizada, en exclusiva para el primer equipo. Y no tiene nada que ver con lo que era una visita a la ciudad deportiva. Ni el personal que te atiende, ni el utilero, ni la lavandería, ni los de seguridad, hay cámaras con termómetros por todos lados, y te tienes que hacer una prueba cada semana”, explica Juan Manuel Gamito, coordinador del Área de Psicología del Sevilla FC. “Lo más duro es el tema relacional y el futbol es un deporte de mucho contacto. Los jugadores son compañeros y amigos. Y eso se ha cercenado, porque hay que mantener las distancias. Es un cambio que los jugadores están llevando con un desconcierto psicológico muy natural”.
Por ello, el término desescalada tan utilizado en España ha de aplicarse también al fútbol y a los clubes de LaLiga, que necesitan de un lógico proceso de adaptación al fútbol dentro de esta anormal normalidad.
“Ahora habría que dar una continuidad al trabajo psicológico que se ha hecho con los jugadores, pero adaptándolo a las nuevas condiciones”, amplía Juan Manuel Gamito. “Lo que puede marcar la diferencia en LaLiga es la adaptabilidad. Quien se adapte mejor es quien va a tener mejores resultados. No va a ser como al principio de la temporada”, aventura Lander Hernández, responsable del departamento de Psicología y Formación del Real Valladolid. “El protocolo es una pasada… pero la adaptación a él también debe serlo”, reconoce David Rincón desde el Athletic Club.
Con esa premisa principal, lo primero de todo para el Levante UD en ese proceso de adaptación fue una revisión psicológica. “En el club entendimos todos que era conveniente, a la vez que les hacías a los jugadores las revisiones médicas y físicas. Hicimos un test de ansiedad-estado, a ver si alguien podía volver con ansiedad o estrés. Y también hicimos test de estados de ánimo”, revela Juan Miguel Bernat desde el Departamento de Psicología de Alto Rendimiento.
Lo que no deja de ser un trabajo preventivo para tratar de evitar las temidas lesiones en el regreso de los entrenamientos y de la competición, y que están en boca de todos los aficionados y especialistas. “En los jugadores puede aparecer el miedo a la lesión, sobre todo en aquellos con unas patologías previas. Por eso es muy importante el entrenamiento invisible: la información que reciban de los preparadores físicos, los médicos… Pero es que la reducción de estrés es cuestión nuestra, y es también indicativo de lesión”, asume Lander Hernández.
Muy relacionado con esa gestión del estrés está el hacer un reajuste de las expectativas de los jugadores sobre su rendimiento. Especialmente, en las primeras fases tras retomar la actividad.
“Si el jugador tiene unas expectativas demasiado altas y ve que no está llegando o que va a llevarle tiempo recuperar su estado de forma, va a ser perjudicial para su autoconfianza y puede surgir el estrés”, explica el propio Lander Hernández. “Para ello, conviene un establecimiento de objetivos óptimo estableciendo puntos intermedios”. Metas muy a corto plazo.
Hay que buscar tareas fáciles dentro de tu modelo de juego. Para que el jugador perciba que tiene éxito. Porque ya hemos vivido todos frustrados ocho semanas, ahora necesitamos alegría.
En ese mismo sentido, el psicólogo del Athletic Club, David Rincón, desvela una de las recomendaciones a los técnicos: “Que al principio no hicieran rectificaciones técnicas, sino que les dieran instrucciones de refuerzo positivo. Ya habría tiempo de corregir. La primera semana no era tan importante la intensidad seguramente. Hay que generar tranquilidad, seguridad, trabajar en la autoeficacia del jugador porque es lógico que el estado físico y el toque de balón no sea el mismo. Entonces, hay que buscar tareas fáciles dentro de tu modelo de juego. Para que el jugador perciba que tiene éxito. Porque ya hemos vivido todos frustrados ocho semanas, ahora necesitamos alegría. Los futbolistas, también”.
En el caso del Athletic Club, no sólo ha sido cuestión de recalibrar las expectativas de cada jugador de manera individual, sino además, hacerlo de forma colectiva. “La meta que teníamos antes del confinamiento era clara. Teníamos una oportunidad histórica por la final de la Copa del Rey –aplazada–, y ahora creo que nuestro objetivo tiene que ir encaminado a disputar el séptimo puesto que nos da acceso a competiciones europeas”, explica el propio David Rincón.
EL SALTO A LA NUEVA NORMALIDAD DEL FUTBOL
Sin embargo, el esperado y celebrado regreso de LaLiga es mucho más complejo que el simple hecho de retomar la actividad después de un parón de tres meses sin partidos oficiales. Eso sucede en verano, por ejemplo, pero esto no tiene nada que ver con el parón veraniego. Este ‘nuevo futbol’ introduce muchos matices que pueden ser diferenciales. Uno de ellos es el hecho de jugar los partidos a puerta cerrada, lo que en la Bundesliga alemana se está traduciendo ya en que los equipos han perdido parte de su fortaleza por jugar de locales ante su público.
“Hay estudios que hablan efectivamente de una influencia directa del público en los resultados. Dicen que el local, cuando se adelanta en el marcador, gana más partidos que si se adelanta el visitante. Es por el efecto del público, por el entusiasmo que se genera, y que ya no estará. Por otro lado, si tu propio público te pita, hay estudios científicos que muestran que el cortisol (hormona del estrés) de los jugadores puede aumentar su concentración hasta en un 3,000 %, afectando así significativamente al rendimiento. Los equipos que antes estuvieran en una relación difícil con su afición, ahora puede que se beneficien de que no esté el público”, explica Juan Miguel Bernat.
“También influye en la activación del jugador, que está relacionado con la motivación y con la energía. Está demostrado que el público genera en el futbolista una subida de la activación. Eso no va a estar ahí. Es muy importante que el jugador tome más conciencia de autorregular su activación para subir en el campo. Y el sonido también puede condicionarte, por lo que le digas a tu compañero o al rival. Son pequeñas cosas, pero hay que trabajarlas también” analiza el psicólogo del Levante UD.
Para trabajarlo es muy efectiva la visualización o el ensayo en imaginación. “Metes al jugador mentalmente en la situación. Aprende a relajarse visualizando esto y, cuando llega, tiene sensación como de haberla vivido antes y el shock es menor”, explica Juan Manuel Gamito.
La rueda de innovaciones en la nueva normalidad no deja de girar aquí, sin embargo.
“Habrá parones para hidratarse por calor excesivo, entonces desde el cuerpo técnico hay que trabajar los mensajes que vamos a lanzar en ese parón. Porque es como hacer otro descanso donde poder dar una charla”, disecciona Lander Hernández. “Va a haber partidos muy seguidos, cada tres días, con lo que podemos usar técnicas de relajación para que el jugador recupere mejor a nivel muscular y así esté mejor preparado para el siguiente encuentro”, analiza también el psicólogo del Real Valladolid.
Por su parte, David Rincón reconoce estar ansioso por comprobar cómo afecta el hecho de que se permitan cinco cambios por partido y las convocatorias sean más amplias. “Tengo ganas de ver cómo será la cohesión grupal en ese sentido, por ver cómo reaccionan todos los jugadores, ahora que hay más que podrán participar del mismo partido”, cuenta el psicólogo del Athletic Club.
Juan Miguel Bernat ha estado ya trabajando con la plantilla del Levante UD otros aspectos todavía más específicos de cara a este retorno de LaLiga. “Es muy importante el contacto físico. Que tu compañero te anime, te abrace, te choque las manos… Eso no va a estar. Habrá que compensar con la comunicación verbal, con la mirada. Hay estudios de la NBA del año 2010, analizando cuáles eran los equipos que tenían más contacto: abrazarse, chocar, tocar la cabeza. Y llegaron a la conclusión de que el rendimiento individual y colectivo de los equipos que más se habían tocado era mayor a lo largo de la temporada”.
E incluso desde el club granota trabajaron también ante la posibilidad de que pudiera haber sanción por escupir. “Es una conducta automatizada. Ahora en los entrenamientos, cuando escupen, deben pensar por qué lo hacen. Cuando lo descubramos, tomaremos conciencia para no hacerlo. Ahora recibes un castigo por escupir. En el partido podría ser una tarjeta amarilla. En los entrenamientos tenemos algún secreto para trabajar en ello”, explica Juan Miguel Bernat entre risas desde el otro lado de la videollamada.
En la NBA llegaron a la conclusión de que el rendimiento individual y colectivo de los equipos que más se habían tocado era mayor a lo largo de la temporada.
La que es la nueva realidad para los psicólogos deportivos durante esta extraña fase de confinamiento y desescalada a causa del COVID-19. Otra arista más del nuevo fútbol, y a la que ellos, predicando con el ejemplo, han tenido que adaptarse con presteza y prestancia, doblando y triplicando sus turnos habituales de trabajo. Empollando estudios de la NASA o de trabajos en submarinos.
“La primera o segunda jornada de LaLiga se notará un fútbol algo más pausado, pero a partir de ahí se verá ya cierta normalidad. Cuando el balón eche a rodar, creo que el jugador se empezará a adaptar pronto. Será como nos ha pasado a nosotros: ¿cómo ha sido la evolución del primer día que sales a la calle, a lo que puedes hacer ahora? Pues igual”, pronostica optimista David Rincón.
Y gracias al trabajo de los departamentos psicológicos como el suyo, los futbolistas de LaLiga han podido adaptarse y evolucionar más rápido si cabe. Ninguno se quedó estancado, lamentando cómo pudo sucederle esto, como cantaba el maestro Sabina mientras se preguntaba quién le había robado el mes de abril. Eso sí, el abril de 30 años antes de que la Covid-19 apareciese en nuestras vidas y en nuestro fútbol.