Por donde pasa, Klopp deja una estela de fuego. Su carisma y pasión contagian tanto a la tribuna como al vestuario, y más importante, son el reflejo de un estilo de futbol vertiginoso y heavymetalero que consigue resultados. No hay pirotecnia y sí mucho sentido común y humildad de un hombre que nunca logró jugar en la primera división de su país. Disputó 340 partidos oficiales con el 1. FSV Mainz 05, entre 1990 y 2001, anotó 56 goles y dio seis asistencias.
Un mes después de retirarse, regresó al Mainz 05 como entrenador interino y lo salvó del descenso a tercera división. Incluso, en 2004, lo ascendió a la Bundesliga y, en 2005-2006, lo llevó a participar en su primera Copa de la UEFA. En 2008, fue fichado por el Borussia Dortmund, donde empezó a labrar su leyenda como uno de los mejores entrenadores de los últimos años.
El juego vertical, veloz y agresivo del Borussia era un espectáculo sin igual. En 2010-2011, el equipo ganó la Bundesliga, y en 2011-2012 logró su primer doblete de la historia al dominar la liga y la copa. Llegó a la final de la Champions League en 2013, pero perdió frente a su archirrival, el Bayern Múnich.
Klopp salió del Dortumund en 2015 y, en octubre de ese año, el Liverpool lo contrató. Su influencia se sintió como un golpe de aire fresco y, tras perder varias finales y quedar en segundo lugar en la Premier League, llegó el tiempo de las recompensas.

Nacido en Sttutgart, en 1967, el entrenador también es conocido por sus comentarios, algunos locuaces, pero muchos inspiradores y llenos de sabiduría. Aquí recopilamos 20 de nuestras frases favoritas de este dios del futbol moderno.