El 'reloj corporal' no entiende de cambios de horarios o un posible ahorro de energía, por lo que es necesario prepararse para resentir lo menos posible este cambio, pues aunque tu reloj diga que son las 8 a.m., para tu cuerpo aún serán las 7 a.m.
Aquí una guía para adaptarte al cambio:
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1. Acuéstate temprano
Dormir lo suficiente antes del cambio de horario facilitará la adaptación, unos 15 minutos son suficientes, de acuerdo con la National Sleep Foundation (NSF). Si es posible, ésta también recomienda comenzar con el cambio de horario un día antes, pues dos días, en lugar de un solo día antes del comienzo de la semana, puede facilitar la adaptación del ritmo circadiano al nuevo horario.
2. Sé constante
Despierta a la misma hora cada mañana para mantener tu ciclo de sueño más regular, sí, incluso los fines de semana, pues un horario de sueño constante ayuda a sentirse más descansado durante todo el año.
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3. La comida influye
Cena temprano en la noche para ayudar a tu cuerpo a prepararse para la hora de acostarse. Evita los alimentos picantes o grasosos a medida que se acerque la hora de acostarse, pues este tipo de comida puede provocar indigestión e insomnio. En cuanto al alcohol y la cafeína, no es para nada recomendable cuando falten pocas horas para ir a dormir.
