La primera invitación que reciben los huéspedes después de hacer el check-in en Chablé Maroma es a ponerse en manos de un curandero local para armonizar su energía con ayuda del humo del copal. Esta breve ceremonia tiene lugar en las instalaciones del spa, rodeadas por el misticismo y la belleza de la selva maya, de la misma manera que cada una de las villas con alberca privada.
La calma que trae el mar al spa de Chablé Maroma

Teniendo la autenticidad y la personalización como principios rectores, todos los detalles de este edén caribeño fueron planeados para que los visitantes no se sientan sobreestimulados por la música ni por los colores estridentes.
El blanco de las estructuras que remiten a las tradicionales chozas mayas contrasta con el verde de la vegetación, el azul del mar y el sonido de las palmeras al ser mecidas por el viento. “El concepto general de Chablé Maroma puede describirse como un wellness without walls, ya que ofrece múltiples posibilidades para el disfrute, la desconexión, el descanso y, en consecuencia, para el ‘bien estar’”, asegura Nora Orozco, gerente de Wellness de la propiedad.

“La arquitectura invita a la meditación, a la escucha atenta del sonido del mar, a la desintoxicación que brinda caminar sobre la duna de arena y a la reconexión con la conciencia y la gratitud de estar en un lugar privilegiado, literal y metafóricamente”, añade.
En ese mismo spa, hay otra regla imperante: la integridad. “Si vamos a ofrecer un ritual, debe estar guiado por una persona con la formación adecuada, como los x’men o curanderos mayas, quienes son capaces de transmitirlo tal como debe ser vivido y de educarnos para practicarlo y adaptarlo a cada huésped”, aclara Orozco y en sus palabras no hay imposición, pues si algo tienen claro los colaboradores en Chablé Maroma es que bienestar es una palabra con significados distintos para cada visitante.
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De ahí que una cata de vinos orgánicos, destilados de agave o cervezas artesanales, e, incluso, una cena en Bu’ul también formen parte de la propuesta integradora de wellness. “Para nosotros, el bienestar también significa disfrutar lo que te hace feliz y te hace sentir bien. Si para alguien eso implica saborear un buen tequila, entonces nos adaptamos y redefinimos el concepto según lo vive cada huésped”, explica Orozco.
Cocinar y comer también son expresiones del autocuidado y un medio para difundir prácticas de conservación del medioambiente y de aprovisionamiento consciente alineadas con la filosofía de la marca. Por esto se respetan las vedas, se aplican los principios de Pesca con Futuro, se prioriza el consumo de productos del mar capturados mediante pesca artesanal y selectiva, se participa en un programa de restauración del Sistema Arrecifal Mesoamericano y se ha protegido la flora y la fauna locales mediante campañas de reforestación.

A final de cuentas, todas estas actividades tienen un impacto directo en la experiencia de los visitantes, pero también en el bienestar de los colaboradores y de las comunidades locales sin las cuales el proyecto no hubiera permeado a todos los niveles un concepto que preserva la cultura mexicana y, especialmente, la de la península de Yucatán.
Tratamiento insignia en el spa en Chablé Maroma
El masaje Chablé Árbol de la Vida se inspira en el ritmo pendular de la propia existencia. De carácter bioenergético, restaura la armonía entre pensamiento, emoción y cuerpo. Dos terapeutas trabajan en sincronía para inducir un estado de calma, liberar tensiones y alinear el ser en esta experiencia profundamente restauradora, que se siente como una danza cósmica.