El mundo de ayer: los viajes en tren más lujosos y sus impresionantes rutas
La industria de los ferrocarriles de lujo no deja de crecer. Al clásico Orient-Express, creado en 1883, se han unido recientemente propuestas en Asia, Sudamérica, Oceanía y Europa.
Escribe Mauricio Wiesenthal: “El Orient-Express era el despacho donde se debatía el futuro de medio mundo”, una suerte de embajada diplomática sobre rieles en cuyos salones podían conversar de manera relajada “un maharajá indio, un vendedor de pieles, un espía rumano al servicio de los alemanes o un arqueólogo británico que iba a comenzar su temporada de excavaciones en Egipto o en Ur”.
Inaugurado en 1883, el llamado tren de Europa ejerce hoy como orgulloso bastión de aquel “mundo de ayer” que definió la carrera literaria de Stefan Zweig, un continente pacificado, con imperios amigos unidos a su vez por arterias de hierro que permitieron, como nunca antes, la comunicación entre sus principales capitales.
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Dos guerras mundiales, un puñado de crisis económicas, la caída del Muro de Berlín, el colapso de la Unión Soviética y el posterior nacimiento de nuevos estados esculpieron durante el pasado siglo la Europa de nuestros días, más ensimismada, menos abierta, menos cosmopolita, quizá. El Orient-Express, en cambio, resiste.
Su recorrido ya no termina en aquella puerta espiritual hacia Asia que era Constantinopla (la actual Estambul). Hoy, el punto final de ese viaje iniciático lo marca la resultona y siempre complaciente Venecia, donde el tren más famoso del mundo llega puntualmente procedente de Victoria Station, en Londres. No es su único destino.
La globalización, la desaparición de las fronteras en la Unión Europea y la moneda única, además de la apuesta empresarial de Belmond, la compañía propietaria desde 1982 del hoy llamado Venice Simplon Orient-Express, han permitido la apertura de la experiencia a otras ciudades, ya sea en forma de lugares finalistas o de paso.
El Orient-Express era el despacho donde se debatía el futuro de medio mundo.
Mauricio Wiesenthal, escritor español
Es el caso de Praga, Viena, Budapest, Roma, Verona, Innsbruck, Lucerna, Zúrich, Roma, Florencia, Ginebra, Lyon, Bruselas o la perenne París, corazón de un viaje en el que, según Wiesenthal, se siguen ofreciendo las clásicas y decadentes viandas de antaño: “ostras, rodaballo en salsa verde, filete de buey con pommes château, pastel de jabalí con una salsa chaud-froid, crema bávara con chocolate y pastelería vienesa”, relata el escritor en su libro Orient-Express, el tren de Europa.
La industria de los ferrocarriles de lujo no deja de crecer. Al clásico Orient-Express, creado en 1883, se han unido recientemente propuestas en Asia, Sudamérica, Oceanía y Europa que combinan la tradición hotelera del pasado con las comodidades contemporáneas.
Según un reporte de la consultora Future Markets Insight, en 2022 el valor del turismo en los llamados trenes con herencia patrimonial fue de 135,000 millones de dólares, con unas predicciones de alcanzar los 680,000 millones en 2032.
Un mercado en el que Belmond, con hoteles en lugares tan dispares como Taormina, Cuzco, Yangon o el delta del Okavango, ejerció durante las últimas décadas como líder casi absoluto gracias a sus propuestas ferroviarias en Perú (Andean Explorer y Hiram Bingham), Europa (Royal Scotsman y el mencionado Venice Simplon Orient-Express) y Singapur y Malasia (Eastern & Oriental Orient-Express), todos ellos con tarifas que oscilan entre los 5,000 y los 50,000 dólares, dependiendo del trayecto y del tipo de coche elegido. A finales del año 2023, sin embargo, el panorama cambió radicalmente.
Accor Hotels, cadena hotelera de nacionalidad francesa y capital catarí, anunció el lanzamiento de Orient Express, una nueva marca con la que la empresa matriz busca encontrar sinergias entre los hoteles de lujo, una de sus principales especialidades, y los ferrocarriles más exclusivos del mundo.
Su gran apuesta será La Dolce Vita, un tren que cruzará Italia de norte a sur y será proyectado por el despacho de arquitectura Dimorstudio, con sede en Milán, con inspiración en la obra de grandes maestros del diseño italiano de la época como Giò Ponti, Nanda Vigo, Gae Aulenti y Osvaldo Borsani, entre otros destacados diseñadores.
Las pre reservaciones para el nuevo tren, que tendrá una capacidad de 62 pasajeros divididos en 18 suites y una espectacular master suite, además de un café bar y un restaurante, ya están abiertas. ¿Los precios? Entre los 4,000 y los 5,000 dólares, dependiendo de la cabina elegida.
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Viajes en tren de lujo
Las bondades del viaje en tren —el proceso en sí mismo como destino, en definitiva— no se reducen exclusivamente al “tren de Europa” y sus sosias.
Fundado en 1983, el Transcantábrico Gran Lujo, propiedad de la compañía estatal española FEVE, nació con la vocación de recuperar los vagones gran clase del tren que, a comienzos del siglo XX, unía las ciudades de San Sebastián y Bilbao, en el País Vasco.
Hoy, su recorrido, partiendo de San Sebastián, llega hasta Santiago de Compostela, un viaje a 45 kilómetros por hora sobre rieles de vía estrecha volcados al Cantábrico en suites con decoración art nouveau cuyos precios oscilan entre los 9,500 y los 18,500 dólares.
Ante nuestros ojos, eso sí, Santillana del Mar, Potes, Llanes, Ribadesella, Luarca y Ribadeo, y ciudades como Bilbao, Santander, Oviedo y Gijón, joyas atlánticas como las que visita el Tren Presidencial portugués, que ofrece un recorrido por la ribera del Duero hasta alcanzar Oporto.
Si, por el contrario, lo que se busca en la Península Ibérica es su pasado árabe y mozárabe y la monumentalidad del Siglo de Oro, la opción recomendada es el Al-Andalus, tren de lujo que cada 15 días parte de Sevilla en dirección a Málaga, en Andalucía. Por el camino, y después de desembolsar entre 6,000 y 7,200 dólares, los pasajeros disfrutarán de olivares, viñedos, parques naturales, patrimonio protegido por la Unesco, barroco y mucha gastronomía con paradas en Cádiz, Jerez de la Frontera, Ronda, Córdoba, Jaén, Úbeda, Linares-Baeza y Granada antes de llegar a la capital de la Costa del Sol.
Tras la pandemia se produjo un enorme incremento en los viajes de lujo en tren impulsado por una necesidad de conocer nuevos lugares y de vivir experiencias únicas.
Gilda Pérez-Alvarado, Chief Strategic Officer de Accor
“Tras la pandemia se produjo un enorme incremento en los viajes de lujo en tren impulsado por una necesidad de conocer nuevos lugares y de vivir experiencias únicas”, declaraba en una conferencia de prensa a comienzos de año Gilda Pérez-Alvarado, Chief Strategic Officer de Accor. La realidad es tozuda.
Hoy, podemos encontrar trenes de lujo en todos los continentes, algunos tan míticos como el Golden Eagle, el tren creado en 2007 sobre las bases del legendario Transiberiano con el que el gobierno ruso intenta emular los excesos y bondades de la era imperial. Con rutas paralelas que incluyen recorridos por el Caspio, la vieja Ruta de la Seda o el Ártico, ofrece a sus huéspedes más adinerados la llamada suite Romanov, un vagón completo que incluye chef personal, mayordomo 24 horas, transporte privado y guías en los destinos, y barra libre de champaña y caviar.
A miles de kilómetros al sur, en India, uno de los países con mayor tradición ferroviaria del mundo, encontramos el Maharajas’ Express, un delirio de lujo asiático que ofrece cuatro rutas al mes entre los 5,000 y los 25,000 dólares con paradas en Delhi, Jaipur, Bombay o Agra, mientras que en África, el Rovos Rail nació uniendo Pretoria y Ciudad del Cabo y cruzando viñedos, sabanas y desiertos hasta abrir paquetes que alcanzan las 15 noches con destinos como Dar es Salaam, capital de Tanzania, experiencias similares a las que podemos encontrar en Vietnam (The Vietage), Japón (SPACIA X), Suiza (GoldenPass Express), Australia (The Ghan Expedition) e incluso Canadá (Royal Canadian Pacific).
“El tren nos da un destino, una distancia, un más allá sin trascendencia ni juicio final. Y eso hace más bellas y voluptuosas las historias que, como las noches del tren o las aventuras del amor, no tienen principio ni fin”, escribía Wiesenthal sobre su experiencia a bordo del Orient-Express.
La vida, por el contrario, ha cambiado. Lejos queda ya aquel mundo en el que, citando a Stefan Zweig, “podía cruzarse una aduana con una simple tarjeta de visita”. Pero siempre quedará el tren.
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5 trenes turísticos de lujo: rutas y costos
El tren nos da un destino, una distancia, un más allá sin trascendencia ni juicio final. Y eso hace más bellas y voluptuosas las historias que, como las noches del tren o las aventuras del amor, no tienen principio ni fin.
Mauricio Wiesenthal, escritor español
TRANSCANTÁBRICO: EL LUJO SOBRE LOS RIELES
Fundado en 1983, el Transcantábrico es el primer tren de lujo de España. Partiendo de San Sebastián, el tren recorre toda la costa cantábrica española, con paradas en localidades y ciudades como Bilbao, Santander, Santillana del Mar, Llanes, Ribadesella, Gijón o Ribadeo. Cuenta con espacio para 28 viajeros, todos ellos alojados en suites.
Costo: Entre 9,500 y 18,500 dólares por pasajero.
MAHARAJAS’ EXPRESS
En India, el ferrocarril es mucho más que un medio de transporte y el Maharajas' Express el epítome del lujo sobre rieles. Con capacidad para 88 pasajeros, ofrece trayectos con salida en Delhi y llegada en Bombay con paradas en Agra (Taj Mahal), Jaipur y Udaipur. Cuenta con dos vagones restaurante y servicio de mayordomo.
Costo: Entre 5,000 y 25,000 dólares por pasajero.
ROVOS RAIL
El trayecto a bordo del Rovos Rail comienza con una fiesta la noche anterior en uno de los viñedos que rodea Ciudad del Cabo, punto de partida de un viaje que originalmente concluía en Pretoria. Hoy, el Rovos Rail ofrece viajes de hasta 15 días en lugares como Tanzania o Namibia, además de safaris en la propia Sudáfrica.
Costo: Entre 3,500 y 25,000 dólares por pasajero.
THE GHAN
Más que un tren de lujo, que lo es, The Ghan, el tren que une Darwin y Adelaida (Australia) en cuatro días, es una experiencia de vida. Además de habitaciones más económicas (en 2019 fue nombrado el tren más largo del mundo) ofrece lujosas suites de decoración eduardiana y restaurantes exclusivos para sus huéspedes.
Costo: Entre 3,000 y 10,500 dólares por pasajero.
EASTERN & ORIENTAL ORIENT-EXPRESS
Partiendo de Singapur y haciendo un recorrido por la costa del estrecho de Malaca y la jungla malaya, el Eastern & Oriental Orient-Express es la versión asiática del clásico europeo, con todo lo que ello supone: atención milimétrica, lujo extremo y gastronomía de categoría mundial en un viaje de tres noches.