Como consecuencia de la pandemia, algunas de las exposiciones que tenía programadas se han pospuesto indefinidamente. He tenido un mes y medio de reflexión personal que me ha permitido darme cuenta de que hay cosas que no funcionaban. A la luz de todos estos acontecimientos, el mundo está reinventándose. Eso es algo que me resulta muy emocionante. Me encanta escuchar las noticias sobre la naturaleza y sentir que algo se está acomodando para bien. Al volver la mirada hacia atrás, urgía romper con ciertas cosas.
El futuro del arte
El arte es un registro y una crítica. Estamos en un proceso de redefinición de nuestros intereses, lo que realmente nos mueve, lo que de verdad nos inspira... Ahora somos más selectivos para escoger las cosas a las que dedicamos nuestra energía y atención. El distanciamiento social ha implicado mirar obras de arte a través de medios digitales y evaluarlas únicamente por el concepto que plantean.
Este es un gran momento para la creatividad, para representar ideas de distintas maneras y tener diálogos diferentes. En México, muchos artistas dependen de becas y apoyos del gobierno; me parece que la producción artística será más lenta debido a los recortes presupuestales para la cultura. Sin embargo, a pesar de esta terrible situación, las personas creativas e ingeniosas seguirán creando con los recursos disponibles. También surgirá la oportunidad de ver obras de artistas nacionales —que siempre viajan y exponen fuera— en nuestro territorio.
Este es un gran momento para la creatividad, para representar ideas de distintas maneras y tener diálogos diferentes
Sabemos que en el mundo del arte muchas cosas se enfocan en el aspecto social —las inauguraciones, las ferias, las estas y los viajes—, pero mientras no haya una vacuna eso va a cambiar. La feria Frieze se ha realizado por primera vez en línea y ha sido interesante ver sus resultados. Algunos coleccionistas tenían claro lo que querían, por lo que hubo mucha preventa de obra como en todas las ferias. La afectación fue más evidente entre los coleccionistas a los que les gusta ir y estar, que llevan a sus amigos para ver una pieza que quieren comprar.
Los nuevos escenarios requieren una investigación previa y eso es algo positivo, pues permitirá a las personas definir cómo se identifican con ciertas ideas y conceptos expresados en una obra. Me parece que esto hará que los criterios sean más altos. Estamos exigiendo más del arte, de los artistas. No queremos propuestas fáciles, sino cautivadoras. Esto tendría que hacer que la producción artística sea cada vez mejor, porque es lo que el público está requiriendo.
Me ha alegrado ver la generosidad de los artistas. Está el ejemplo de muchos músicos que han hecho conciertos en línea que no les generan ingresos. Eso nos llena de una energía positiva. Es un momento de ser generosos, de responsabilizarse para ayudar a los más afectados. Por otro lado, están las noticias tristes, como el cierre del Art Institute de San Francisco —una institución con 150 años de historia— por falta de donativos. Es necesario que haya un equilibrio. Cuando esto se acabe y comience a reconstruirse todo, la cultura será básica para todos.
Esta situación está llena de oportunidades, entre ellas, la de llegar a nuevos públicos, especialmente a los jóvenes. Será interesante modernizar el sistema. Aún pienso que existe una gran diferencia entre ver una obra virtualmente que en un museo o una galería, pero al final tenemos un gran vehículo para brindar herramientas a la gente y para que el conocimiento y el respeto por el arte sigan creciendo. –Texto basado en una entrevista realizada por Pedro Aguilar Ricalde