Al cierre de esta edición, la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) pronostica una caída drástica para el sector gastronómico mexicano: de poco más de medio millón de restaurantes, se contempla una pérdida de 300,000 empleos, el cierre definitivo de 15% de los locales y una crisis financiera severa para 50% de la industria. “El despido del personal se ha vuelto inevitable en muchos establecimientos, y esa es la consecuencia más grande de todo esto”, comenta a Life and Style el chef y restaurantero Edo Kobayashi, creador de alrededor de veinte propuestas gastronómicas, entre las que se encuentran Rokai, Hiyoko, Aiko y Tokyo Music Bar. “Hay muchos trabajadores en esta industria que vienen de otros estados y mantienen a sus familias con sus sueldos y propinas. En este momento, ellos no se están llevando ninguna propina y viven con salarios que no son suficientes. Algunos han sufrido despidos y regresan a sus lugares de origen, donde tampoco hay trabajo. Lo que más duele es no poder ayudarlos, a pesar de querer hacerlo. Mucha gente, en primera instancia, podría pensar que fracasamos, pero realmente esto es un fracaso global que ha afectado a muchas industrias”.

Sin embargo, el fracaso es subjetivo. Aun- que las pérdidas han sido inevitables, el sector respondió de manera admirable. Todavía no se hacía oficial la cuarentena, y muchos establecimientos ya reforzaban o implementaban opciones de entrega a domicilio, preparaban coctelería al vacío y creaban paquetes especia- les para atraer a una clientela que también comenzaba a sufrir las consecuencias.
También lee
La industria de alimentos y bebidas se ha caracterizado en los últimos años por un es- píritu innovador, siempre en busca de opor- tunidades y experiencias nuevas que ofrecer. “El caos nos puso a trabajar veinticuatro horas durante una semana para buscar alternativas, y voltear a ver a quién le iba a pegar más duro esto”, recuerda Alberto González, cofundador de Licorería Limantour —reconocido como el mejor bar de coctelería en México por la lista The World’s 50 Best Bars—, quien durante esta temporada fundó con Walter Meyenberg, creador del bar Hanky Panky, The Liquid Society, un proyecto para unir a los miembros de la industria coctelera y apoyar a aquellos afectados por la pandemia. “Sin duda este grupo es el equipo de barra, así que nuestro principal compromiso es con ellos. No podemos tirar años de esfuerzo —no solo de nuestros bares, sino de todo el gremio—, así que nuestra prioridad desde el inicio fue hacer algo para ayudarlos a salir adelante”.