
Paradójicamente, en el momento en el que ha habido mayor demanda de historias audio- visuales, la industria padece la mayor dificultad para filmarlas. “De por sí hacer cine en nuestro país es muy complicado, y la pandemia lo complica aún más”, explica el director Michel Franco (Después de Lucía, 2012). “Pero sé que los cineastas estamos muy comprometidos y no vamos a desistir”.
Debido a la crisis sanitaria, situaciones impensables han ocurrido en todos los ámbitos, pero en la industria cinematográfica hasta parece que se viajó en el tiempo. Una muestra son los autocinemas, que han experimentado un sorpresivo boom. Durante abril, en Essen,
Alemania, el autocinema Autokino Essen reportó aforos de la capacidad máxima permitida por las autoridades locales. En la Ciudad de México, Autocinema Coyote retomó actividades en los primeros días de junio y agotó sus boletos para sus funciones de las próximas tres semanas en cuestión de días.

Está claro que mientras no se invente la va- cuna para el Covid-19, millones estarán aún más ávidos por ver historias, por entretenerse u olvidar por un momento la realidad, ya sea desde su casa o en el cine (cuando se reabran), ¿pero cómo contar la vida —llena de contacto humano— cuando desde actores, pasando por directores, hasta equipo técnico deben comportarse en el set con una asepsia digna de laboratorio epidemiológico?
La respuesta parece ser un guiño a un filme futurista. En Hollywood, aún sin fecha definida para reactivar sus filmaciones, los estudios más importantes de cine, los respectivos sindicatos y las autoridades sanitarias se han reunido para crear un protocolo para las producciones cinematográficas.
Las medidas para tratar de evitar los contagios, según informó The Hollywood Reporter, harán básicamente que los sets de filmación —sin importar el género de la película— parezcan escenas de ciencia ficción. Se plantea que los únicos sin mascarillas sean los actores, los besos podrían realizarse mediante efectos digitales, y todos los que trabajen detrás de cámaras estarían tan equipados que parecerían astronautas.