El final de octubre y el inicio de noviembre es una de las mejores épocas del año: fiestas, disfraces, cuentos de terror y tradiciones centenarias. Precisamente por eso es común que se confundan las celebraciones de Halloween el Día de Muertos y el Día de Todos los Santos.
Sin embargo, hay diferencias muy específicas que clarifican el por qué, aunque están relacionadas con la muerte, cada celebración es única por su historia, su celebración y los días en los que se conmemoran.
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Diferencias entre Halloween, Día de Muertos y Día de Todos los Santos
Para entenderlo mejor, aquí una breve guía de cada celebración.
HALLOWEEN
31 de octubre
Es una de las celebraciones más antiguas en la historia y se remonta a una fiesta de origen celta llamada Samhain que se celebraba la noche del 31 de octubre y la madrugada del 1 de noviembre.
Esta celebración estaba a cargo de los druidas, los sacerdotes celtas que además se hacían cargo de la religión, justicia, educación y política. En estas horas se pausaban las actividades cotidianas y los humanos podían visitar el mundo de los muertos, mientras que los difuntos podían volver a la Tierra. De hecho, este dicho de “truco o trato” se basa en que a la entrada de las casas se dejaba comida que se ofrecía a los “malos espíritus” y así evitar cualquier daño a los habitantes de ese hogar.
Con el paso del tiempo, más allá de una celebración religiosa o espiritual, se ha convertido en una fiesta llena de fantasía.
Halloween está íntimamente relacionada a la fiesta de Todos los Santos, que tiene sus orígenes en los primeros años de la Iglesia Católica, pero ese es el siguiente paso de esta explicación.
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DÍA DE TODOS LOS SANTOS
1 de noviembre
Ahora sí, continuamos: según la Enciclopedia Britannica, la fiesta de Todos los Santos tiene un origen en los primeros años de la Iglesia Católica, cuando el papa Bonifacio IV estableció que el 13 de mayo se recordaría el sacrificio de los primeros mártires del cristianismo. Esto sucedió alrededor del 609 d.C., cuando donó el Panteón de Roma, un templo dedicado a múltiples dioses, para rendir honores a los mártires y a la virgen.
Sin embargo, más de 100 años después, el papa Gregorio III cambió la fecha de conmemoración a su fecha actual, el 1 de noviembre.
Teniendo claras las fechas anteriores, ahora sí pasamos a una de las celebraciones más bellas y significativas de México: el Día de Muertos.
Contrario a lo que se piensa, esta fiesta no tiene un origen prehispánicoper se, sino que es el resultado del sincretismo entre tradiciones de los pueblos originarios y europeas.
La fecha es importante porque coincide con el 1 de noviembre, que es de Todos los Santos, como la Iglesia Católica lo mandaba y llegó a México tras la colonización española.
Según Fray Toribio de Benavente Motolinía, entre los años 1535 y 1540, el Día de Muertos casi todos los indígenas ofrecían ofrendas por sus difuntos: desde maíz, mantas y animales, hasta comida, pan y cacao.
“La fiesta de los Fieles Difuntos, al igual que otras ceremonias católicas, fueron impuestas en las comunidades indígenas por los religiosos cristianos, destacando en sus crónicas la respuesta inusitada de los indígenas que, en su pobreza material, denotaban una profundidad religiosa desconocida por los europeos y que estos equipararon a la de los primeros cristianos”, explica el INAH.
Entonces… ¿qué pasa con el “culto a los muertos”? El instituto detalla que esto data de un conjunto de creencias ancestrales de las culturas mesoamericanas cuyas prácticas y significado desconocemos casi en su totalidad. Sí, constituyó una parte central en sus creencias religiosas, mitología y cosmovisión, pero todavía falta mucho para que la arqueología pueda entenderlo por completo.