La fiesta, la celebración y la algarabía de la Marcha del Orgullo LGBT+ inició como un grito de igualdad de derechos. Hace apenas 45 años, la comunidad vivía bajo la persecución policiaca, el estigma social, el rechazo familiar y el abandono del Estado. Por eso, que hoy se pueda celebrar en las calles, con colores, besos en público, outfits brillantes y mucha música es una clara muestra de los derechos ganados del colectivo, derechos que se ganaron en las calles y con un activismo incansable.
De la protesta a los colores: La historia de la primera marcha LGBT+ en México
La historia de la Marcha LGBT+ en México
El 29 de junio de 1979 se celebró la primera Marcha del Orgullo en México. En ese momento, se le llamó Marcha del Orgullo Homosexual de México y todas las identidades estaban incluidas. Fueron menos de 100 personas las que asistieron y salieron del clóset frente a los ojos de una sociedad profundamente homofóbica.
Todo comenzó con el Frente de Liberación Homosexual de México, conformado por jóvenes estudiantes que buscaban reivindicar la percepción de las personas de la comunidad y frenar los abusos policiales. Es decir, buscaban el derecho de vivirse y expresarse.
El pequeño contingente partió del Ángel de la Independencia y la idea era marchar por Paseo de la Reforma, sin embargo un grupo de policías desvió la ruta por la calle Lerma para “ocultarla” del ojo público.
Aun así, los jóvenes no se dejaron intimidar y gritaban consignas como “¡Sin libertad sexual no habrá liberación social!” y buscaban la eliminación de las razias, grupos de la policía dedicados a perseguir a personas LGBT+.
Juan Jacobo Hernández y Teresa Incháustegui fueron algunas de las personas que participaron activamente en esta primera parte de la lucha por los derechos LGBT+ en México. Es decir, son parte del grupo de “padres y madres” del movimiento en el país y quienes allanaron el camino para que quienes marchan hoy lo hagan con libertad.
Ese mismo año, el 2 de octubre, este y otro colectivo se unieron a la conmemoración de la Masacre de Tlatelolco y, poco a poco, los grupos LGBT mexicanos fueron ganando visibilidad en las protestas sociales.
Años después, en la segunda mitad de los 80 e inicios de los 90, el movimiento “calló” por algunos años. No por desinterés, sino por la llegada del VIH-Sida a México y las muertes que ocasionó.
Hoy, 45 años después, con algunos derechos ganados (que no todos y aun hay mucho por hacer), celebramos en todo México la Marcha del Orgullo LGBT+, un día que sirve para recordar a las personas que abrieron el camino para la comunidad y para seguir exigiendo todos los derechos para todas las persona e identidades.