Apegándose a los principios de la arquitectura biofílica –corriente que busca crear espacios que respeten la naturaleza y los procesos vitales–, la cadena de resorts Four Seasons ha apostado por un innovador concepto que eleva el glamping a niveles insospechados de refinamiento y autenticidad.
Naviva Four Seasons: volverse uno con la naturaleza en Punta Mita
Naviva es el nombre de esta propiedad, localizada dentro del complejo Punta Mita, que alberga 15 tiendas de lujo –todas con tina, alberca privada, terraza, amplios baños y ducha al aire libre– y que opera bajo el esquema de todo incluido. También es importante mencionar que esta es la primera vez que esta marca originaria de Canadá impulsa un proyecto dirigido exclusivamente a adultos.
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Dicho todo lo anterior, es de esperarse que la operación de Naviva rompa con muchos de los principios de operación a los que estamos acostumbrados como huéspedes y ejemplos hay muchos.
Comencemos con su restaurante Copal, punto de reunión en el que, si bien hay un menú base para cada comida, los invitados pueden solicitar los cambios que deseen para adaptar los platillos a sus gustos. Los convencionalismos se difuminan y si así lo quieren, pueden colocarse detrás de la barra para prepararse su trago favorito, acercarse a los chefs mientras trabajan en la cocina abierta o convivir con los demás visitantes alrededor de la fogata para admirar el atardecer.
Cada actividad se puede personalizar, cada itinerario se planea con minuciosidad y cada espacio permite ir conectando, poco a poco, con la naturaleza.
No es raro cruzarse con pecaríes, coatíes, mariposas, colibríes y una amplia variedad de aves y fauna que tienen su hábitat en este idílico entorno. La madera, el bambú y los tonos crema dominan los espacios, desde la alberca y el spa hasta el gimnasio al aire libre y la terraza donde se imparten las clases de yoga y las sesiones de meditación.
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“Queremos que cada huésped se sienta como en su casa o como un invitado a la casa de cada uno de nosotros, y en nuestras casas todos nos esmeramos para que cada persona a la que recibimos se sienta única y especial”, cuenta uno de los miembros del staff del restaurante.
En Naviva, los formalismos dan paso a la espontaneidad y a la calidez, sin que esto signifique una pérdida del profesionalismo ni de la calidad del servicio.
La disposición para atender cada petición es remar- cable y en el fondo la promesa es que, con el tiempo necesario, cada solicitud puede ser satisfecha. Todo indica que estamos ante un parteaguas en la hotelería de lujo en México.