En la vida existen momentos que nunca deberían tocarse, instantes sagrados que invitan a respirar, reconectar y despertar los sentidos. Y muchas veces, esos momentos tienen al café como protagonista. Tal es el caso del '
fika'
, la respuesta sueca al coffee break americano.
Para nadie es secreto lo demandante que se ha vuelto el mundo. La tecnología ha sido un pretexto para que, en vez de facilitarnos la vida, tengamos todo exagerada e inmediatamente accesible, de modo que la no-productividad genera culpa. ¿Y qué pasa con eso? Horas de comida limitadas –o peor, horas de comida que son todo menos eso, pues las se convierten en horas de trabajo, pero con un plato de comida acompañándonos– , falta de conexión con la gente de nuestro entrono y una fatiga mental que es completamente humana pero nos hace sentir un poco como un fracaso. Ahora más que nunca, es importante adoptar prácticas como el fika.
A grandes rasgos, fika es un descanso en la jornada laboral para tomar café y algún pastelillo con los amigos y colegas del trabajo. Sin embargo, es mucho más que eso. Para los suecos, es todo un ritual y una parte importantísima del día, para la que hay que hacer espacio en el día cotidiano. Es la oportunidad de hacer un pausa, socializar y refrescar el cerebro. Y aunque suena a una idea cursi para la que nadie tiene tiempo, marcas como Volvo lo han hecho un descanso prioritario, pues se ha demostrado que este descanso tiene como consecuencias equipos más productivos.