Curiosamente, lo suyo, lo suyo, lo suyo, no son las hamburguesas. Aunque usted no lo pueda creer, sus hamburguesas son un vehículo - maravilloso, bien logrado, delicioso - básicamente para meterle tocino a su cocina y a todo lo que hacen. Así, son el primer, y quizás el único, restaurante que ahuma su propio tocino ahí mismo: in situ. Sí. Así como leyó: ahí en medio del restaurante hay un ahumador de tocino que funciona una vez por semana, donde preparan todo el tocino que abunda en todos los platillos de su carta. Simplemente por eso, deberían de ganarse un premio. Simplemente por eso tienen mi visto bueno.
Pero no sólo es ese pequeño detalle. Para sustentar sus bellos productos porcinos, crearon cinco hamburguesas espectaculares donde enmarcan, de una manera casi poética, su producción. Así que mataron dos pájaros de un tiro con una simple voluntad: quieren que usted pruebe el tocino en su máxima expresión. Y para ello, hay dos burgers deliciosas, que sobresalen en el menú. La primera es la Bacon Boss Burger: un poema entre dos panes hechos en casa, su pattie de res (mezcla secreta), queso cheddar, tocino (obvio) y todo con una salsa honey sriracha que no pica, pero patea y magnifica el sabor de la carne y el tocino. La segunda es la Bacon Jam Burger que, con el mismo pan hecho en casa y la misma carne, lleva además cheddar blanco, mermelada de tocino (como de lágrima de emoción) y, cuál sándwich del Rey Elvis, crema de cacahuate. Dos verdaderos portentos de hamburguesa muy bien logrados que, si bien tienen muchos elementos en común, son dos mundos muy distintos.
Para hablar de ambas, como tienen el mismo pan y el mismo pattie de carne, puedo generalizar: es una carne muy bien lograda. Compacta, jugosa y lo suficientemente grasosita como para no escurrir grasa sumada a la del tocino. Debe de ser una mezcla 90 /10 que está muy bien llevada a término y bien condimentada. El pan es fuerte y justo. Más que suficiente para aguantar el embate de las salsas y la carne, pero lo suficientemente flexible como para no ser muy panoso. Quizás es de repente medio correoso (no en un mal sentido), pero se entiende que requiere de fuerza para aguantar: además en esta realidad de delivery y comida para llevar, contribuye a que aguante muy bien una sana distancia hasta llegar a casa. La carne manda y cede parte de su hegemonía al tocino que, aquí, es el papel estelar.