En las grandes ligas de las colaboraciones, pocas son tan importantes como la de Vacheron Constantin y el Museo del Louvre. Como parte de esta relación, que se oficializó el año pasado, la manufactura relojera más antigua del mundo con producción ininterrumpida desde 1755 donará una pieza única y una experiencia exclusiva como parte de la subasta digital “Bid for the Louvre”, que se llevará a cabo del 1 al 15 de diciembre en la página de internet de Christie’s. Las ganancias serán donadas a los proyectos de solidaridad del museo.
Vacheron Constantin pone una obra del Museo del Louvre en tu muñeca
El primer acercamiento entre la firma y el museo se remonta a 2016, cuando Vacheron Constantin patrocinó la restauración del reloj del siglo XVIII La Création du Monde, obsequiado al rey Luis XV en 1754 y exhibido en el Louvre. En 2019, las dos instituciones concretaron una asociación de tres años que se expresará sobre todo en proyectos de relojería inspirados por las obras maestras del museo. Además, colaborarán en iniciativas creativas orientadas a la promoción de las artes, la creatividad y la belleza, a través de un enfoque multicultural, según Vacheron Constantin.
“Ambas marcas tienen en común el compromiso con el arte y la cultura, el amor y la celebración de la belleza, y la conservación, preservación y transmisión del savoir faire y de nuestros legados”, afirma Christian Selmoni, director de estilo y herencia de Vacheron Constantin. “Nos dio mucha alegría cuando el Louvre nos contactó para saber si estaríamos interesados en participar en esta subasta filantrópica. Para nosotros es una oportunidad fantástica”.
En el pasado, Vacheron Constantin ha establecido alianzas con el Museo Nacional de Historia del Castillo de Chapultepec en México; con el Museo Barbier-Mueller de Ginebra; con el New York City Ballet y la London Royal Ballet School; y con la Ópera National de París y la Orchestre de la Suisse Romande en Suiza, entre otros.
Para “Bid for the Louvre”, Vacheron Constantin contribuye con un reloj Les Cabinotiers cuyo precio de salida es de 80,000 euros y que se calcula podría alcanzar entre 100,000 y 300,000 euros. Como bien dice la casa ginebrina, es un reloj único y sumamente especial por todo lo que involucra, pues quien lo adquiera vivirá una aventura cultural inigualable.
Para empezar, el o la compradora tendrá una visita privada al Museo del Louvre acompañado de sus expertos, donde escogerá la pintura o la escultura que Vacheron Constantin reproducirá en la esfera del reloj. Podrá elegir el material de la caja del guardatiempo entre oro rosa, oro blanco o platino, y el de la correa entre piel de aligátor o piel de becerro, así como el color y las costuras.
La caja tiene una tapa en el reverso a la que se le puede añadir un grabado personalizado y que, al abrirla, revela el hermoso mecanismo calibre automático 2460 SC con una masa oscilante de oro de 22 quilates esqueletada con forma de cruz de Malta, el símbolo de la marca, además de acabados a mano como manda la tradición relojera suiza.
El maestro esmaltador de la casa utilizará la técnica de esmalte en miniatura o de esmalte grisalla, según la obra que haya sido seleccionada y el gusto del cliente.
El esmalte miniatura con “técnica ginebrina” data del siglo XVIII y es un oficio que requiere de una destreza y una precisión extremas para el dominio de los pigmentos y el fuego. Uno de los principales desafíos consiste en componer una paleta de color de acuerdo con los tintes originales de la obra. Hay que considerar que las múltiples pasadas por el horno a más de 800º C pueden alterar su color y brillo. La capa final es de esmalte transparente y se aplica para aumentar la intensidad de los colores.
El arte del esmalte grisalla (grisaille, en francés) apareció en el siglo XVI y consiste en superponer toques de un raro esmalte blanco, llamado blanco de Limoges, en una capa de esmalte oscuro que cubre la base de la esfera dorada. Cada capa de esmalte se pasa después por el horno durante un tiempo de cocción que debe ser sumamente exacto.
“Con el esmalte grisalla se tiene la posibilidad de lograr el efecto claroscuro que encontramos en grandes maestros como Veronese, Caravaggio o Rubens”, dice Selmoni. “Esta técnica nos permite reproducir el dinamismo y el poder tridimensional de las esculturas, y el resultado es asombroso”.
El cliente participará en todo el proceso de creación de su reloj, lo que incluye ver los bocetos de cómo será reproducida la obra en la esfera y los avances en el esmaltado. Para redondear esta experiencia VIP, se le invitará a visitar la Manufactura Vacheron Constantin en Ginebra, donde conocerá a los diseñadores, maestros relojeros, artesanos esmaltadores y grabadores involucrados en la elaboración de su guardatiempo.
Cuando la pieza esté lista, entre 9 y 12 meses después de iniciada esta aventura, se le entregará durante una visita al Louvre a puerta cerrada, junto con dos certificados de autenticidad, uno de Vacheron Constantin y otro del museo, certificando la reproducción de la obra.
“La asociación con el Louvre en términos de resonancia es muy relevante y muy inspiradora desde el punto de vista artístico”, asegura Selmoni. “Este proyecto es uno de los primeros que hacemos con ellos y queremos hacer cosas fantásticas juntos”.
La firma ha hecho varios bocetos para dar una idea de cómo lucirá el reloj y los resultados son excepcionales. Aquí hay algunos ejemplos:
Júpiter expulsando a los Vicios, de Paolo Veronese.
Afrodita, conocida como La Venus de Milo.
Las Tres Gracias, diosas de la vegetación y la belleza, compañeras del dios Apolo / siglo II DC Cabezas restauradas en 1609 por el escultor Nicolas Cordier. Descubierto en el Monte Caelius en Roma (Italia).
Autorretrato con su hija, de Elisabeth Vigée le Brun.
La Batalla de Anghiari, de Pedro Pablo Rubens.