El mayor robo de piezas arqueológicas que ha ocurrido en México fue una Nochebuena de 1985 al Museo Nacional de Antropología, de donde se extrajeron 140 piezas de las salas Maya, Oaxaca y Mexica.
Este acontecimiento marcó un hito en las medidas de seguridad de los museos del país, pues a partir de entonces, fueron implementadas nuevas normas generales de seguridad en todos los recintos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y se aplicaron reformas jurídicas en el Código Penal para sancionar los delitos de robo y daño del patrimonio que también se extienden a quienes intervienen como cómplices o encubridores.