En la oficina de Patricio Campillo, luminosa y espaciosa, cada objeto tiene un lugar específico y se respira el arte y la poética de la charrería. Lo único que cambia, dice el diseñador, es que los pequeños árboles de café, traídos de su casa de infancia en Morelia, crecen poco a poco, una forma peculiar y profundamente personal de expresar que todo se transforma, todo evoluciona, todo crece. Pulcro, cuidadoso, expresivo y elocuente, Campillo sabe que el sello indiscutible de sus colecciones es la historia personal, las memorias de vida y el cariño y arropo con el que fue criado.
Entrevista | Patricio Campillo y la poética de la propia historia


“En todas las colecciones hay parte de mi historia, creo que es lo que hace que haya una visión única de la marca, que yo pueda aportar a la industria una visión que no es la de nadie más. Esto solamente existe a partir de tu experiencia vital, porque nadie más la tiene, es lo que nos hace únicos. La colección presentada en la New York Fashion Week surgió en un momento en el que me empezó a causar mucho estrés la situación política y social, tanto de nuestro país, como del mundo. Son momentos de cierta oscuridad y, al final del día, eso te hace querer ir a lugares, espacios y momentos que son reconfortantes y agradables. Eso fue lo que intenté con esta colección”.

“Mi proceso tiene que ver con una serie de recopilaciones de imágenes de todo tipo: desde cosas que veo en la calle, a fotos e ilustraciones. Cualquier cosa que me inspira la plasmo en un moodboard enorme y eso es lo que cambia en mi espacio de trabajo temporada con temporada, es lo que se va transformando. Pero en realidad el espacio no cambia y tampoco tengo tanta consciencia de cómo se ve, yo veo mi oficina igual todos los días. Sí estoy obsesionado con cuidar mis árboles de café para que crezcan. Supongo que su crecimiento es el único cambio que hay”.
Creo que la viralidad o la exposición mediática es una consecuencia de mucho trabajo.
“Para mí es muy importante enfocarme en las causas: ¿qué fue lo que me llevó a eso? ¿Hacia dónde va mi futuro? Entonces, más bien estoy pensando en qué es lo que tengo que hacer en este momento para mi siguiente colección. Creo que la viralidad o la exposición mediática es una consecuencia de mucho trabajo. Mi enfoque no está en las consecuencias; mi enfoque está más bien en las causas”.

“Del trabajo me llevo a casa todo y nada. Por eso quiero tener un espacio de trabajo, porque aquí soy diseñador, jefe de este equipo tan maravilloso que tengo y en mi casa soy yo, donde quiero descansar. Pero al mismo tiempo me duermo y amanezco pensando en el trabajo, en la siguiente colección, en inspiraciones, estoy muy inmerso en eso y tiene que ver con mi identidad y eso no cambia en ningún lado”.

“Me pareció muy simpático salir con una camiseta que tuviera este doble sentido del Golfo de México. No lo pensé tanto, solamente me daba miedo que me quitaran la visa (risas). Cuando vi que se viralizó pensé: ‘Qué horror’. Me dio muchísima ansiedad, porque hay gente que se proyecta en lo positivo, pero también en lo negativo y a mí nunca me había pasado eso; era muy sobrecogedor, porque no sabía que iba a ser así y me hubiera gustado disfrutarlo, pero no pude. Y estoy muy agradecido, fue un gran paso para la marca, nunca habíamos estado expuestos a ese volumen de audiencia, solo que me costó trabajo pensar que las cosas se me estaban saliendo de control”.

“De chiquito criaba gallos de pelea, tuve hasta 30 gallos, y aunque ya no es algo que yo apoye o que haría porque me parece crueldad animal, creo que hay algo muy poético en la violencia, en dos animales que se tiran a matar porque no paran hasta que se mueren. No creo que sea una práctica que deba seguir, solo hay algo poético en eso: las plumas, cuando están saltando y pateando. Es algo que siempre me pareció muy bello y de cierta forma creo que es algo muy representativo de la identidad de la marca”.
Patricio Campillo
Instagram: @campillo_official
Bucareli 108-piso 2, Centro. CDMX.
Esta entrevista la leíste primero en nuestra edición impresa de junio.