Me pidieron reflexionar sobre la importancia del arte en nuestro contexto social y pienso en lo que ha significado en mi camino, especialmente el cine, que ha sido mi pasión y mi carrera. El cine conecta con mi humanidad como un lente para ver, interpretar y reimaginar el mundo. Como poderoso faro de múltiples mensajes, reflexiones y diálogos que perduran en el tiempo y enaltecen la experiencia humana, el arte tiene la capacidad única de tender puentes hacia otros imaginarios lejanos a los míos. Me permite explorar ideas, emociones y experiencias que trascienden geografías, culturas y tiempos. En una era dominada por el mercantilismo y la inmediatez, el arte es un rincón que alimenta la mente y el espíritu y un refugio para reconectar con lo esencial.
OPINIÓN | ¿Por qué el arte importa?, por Sandra Gómez

Explorar y experimentar es algo que considero intrínseco al arte y a mi trabajo en él. Me interesa su esencia transformadora para trascender lo utilitario desde la creatividad. Me invita al cambio, a cuestionar lo establecido, subvertir lo convencional y proponer nuevas formas de mirar, pensar y sentir.
Siendo una de las expresiones artísticas más significativas del último siglo, valoro mucho la capacidad única que tiene el cine para narrar, cruzando fronteras y desafiando perspectivas. Las películas ofrecen esa pausa tan necesaria en nuestro presente saturado de información y son un ritual en comunidad que nos sumerge en relatos que transforman nuestra percepción del mundo y, en ocasiones, de nosotros mismos. El cine tiene el poder de ser testimonio de su tiempo, además de ser un motor para imaginar futuros alternativos.
A través del cine he podido conectar con emociones universales y empatizar con experiencias ajenas. En tiempos en los que la conexión humana parece diluirse en la distancia y el aislamiento, el arte, y el cine en particular, nos invita a reflexionar sobre quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde podemos ir.
El cine conecta con mi humanidad como un lente para ver, interpretar y reimaginar el mundo.
Durante mis años de estudiante, descubrí el manifiesto La estética del hambre, de Glauber Rocha y, con él, una nueva forma de pensar el cine. Sus palabras me revelaron un arte ligado a la identidad de América Latina y a sus luchas sociales. Al sumergirme en sus películas, entendí cómo el cine puede transformar la crudeza de nuestra realidad en poesía visual, utilizando el medio como un artefacto que reinventa las formas tradicionales y explora nuevos caminos expresivos. Este encuentro marcó mi camino hacia un compromiso con el cine latinoamericano y su capacidad de narrar nuestras complejidades con autenticidad y fuerza. Más adelante, me interesé por descubrir el cine hecho por mujeres y conocí el trabajo de Agnès Varda, Sara Gómez, Chantal Akerman, Claire Denis, Marta Rodríguez, Lucrecia Martel y Maya Deren, quienes hicieron de su arte un acto revolucionario en una industria mayoritariamente masculina. Así, a lo largo de mi carrera he trabajado en una amplia variedad de etapas que conforman una película y he tenido la oportunidad de promover y llevar al público latinoamericano películas de diversas partes del mundo, de todos los metrajes y de todos los tiempos siempre encontrando audiencias receptivas que se entusiasman y resuenan con perspectivas diversas.
En tiempos en los que la conexión humana parece diluirse en la distancia y el aislamiento, el arte, y el cine en particular, nos invita a reflexionar sobre quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde podemos ir.
El cine nos ofrece herramientas para imaginar un futuro diferente y, en ocasiones, nos motiva a actuar para construirlo. El arte y el cine importan porque nos recuerdan nuestra humanidad compartida, nos inspiran a soñar y nos impulsan al cambio. A través de la experimentación, la multiplicidad de voces, la imaginación y su poder para elevar la experiencia, el arte es una fuerza vital e imprescindible en nuestras vidas.
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ACERCA DE LA AUTORA
Sandra Gómez ha trabajado en la industria cinematográfica latinoamericana durante quince años y se ha involucrado en promoción, distribución y producción de cine de autor mexicano e internacional. Fue Directora de RivieraLAB en Riviera Maya Film Festival y desde 2020 trabaja en MUBI como directora senior de Marketing para América Latina, liderando el crecimiento de la compañía en la región.