"Casi me mata"
El texto fue acogido como "un paso adelante" por Galop y otras asociaciones LGTB+, pero su última cláusula es muy criticada, ya que según Morris no puede haber "consentimiento informado" en las terapias de conversión.
Estas "tienen casi siempre lugar dentro de una dinámica de poder desequilibrada, de padre/hijo, líder religioso/fiel", explica. "Las personas que 'consienten' suelen ser dependientes económica y emocionalmente" y "un rechazo puede llevarlas al ostracismo social", subraya.
Ozanne confirma que se vio empujada a ello por su entorno y su educación. "Como cristiana evangélica, realmente pensaba que la persona que era -una mujer atraída por las mujeres- era un pecado e algo inaceptable", reconoce.
"Pasé por ello voluntariamente. Lo consentí, pero casi me mata", añade esta creyente convencida, todavía conmocionada años después, al recordar sus dos estancias en el hospital en estado grave, antes de decidir hacer pública su homosexualidad y "aceptar quién es".
"Por eso no debe haber ninguna puerta de salida" en el texto, insiste.
Este se reelaborará a la luz de la consulta, y se examinará en el Parlamento en la primavera de 2022.
"La prohibición es sólo el primer paso", añade Ozanne. "Erradicar el fenómeno por completo requerirá educación", subraya.