"Cuando se hacen por la fuerza, representan una violación de la prohibición de la tortura y de los malos tratos", añadió el experto, que recogió en los últimos meses testimonios en un centenar de países.
Estas terapias "tienen por objetivo exclusivo a las personas LGBT y a su integridad personal y a su autonomía porque su orientación sexual o su identidad de género no forman parte de lo que está considerado como una norma deseable", declaró.
Los expertos independientes de la ONU forman parte del Consejo de Derechos Humanos pero su opinión no compromete a la organización.
Las terapias de conversión, practicadas sobre todo en Estados Unidos pero también en Europa, suelen aplicarse contra su voluntad a adolescentes homosexuales o transgénero.