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Mitos y realidades de los juguetes sexuales

Si estás considerando recurrir a un juguete sexual durante la cuarentena, el sexólogo David Moncada nos aclara algunos mitos y realidades relacionados con su uso.
jue 23 abril 2020 10:52 AM
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¿Son para todos los juguetes sexuales?

Hace unas semanas, cuando iniciaba la cuarentena por la pandemia del coronavirus, recurrimos al sexólogo David Moncada, fundador del proyecto Diádicas Sexología, para hablar del impacto que el distanciamiento social podría tener en nuestra vida sexual .

Moncada dijo que la cuarentena podía ser una buena oportunidad para que las parejas que pasaban juntas el aislamiento se plantearan la posibilidad de diversificar sus prácticas sexuales, lo que también era aplicable a quienes enfrentan esto en solitario.

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Ahora Moncada nos habla sobre el tema de los juguetes sexuales como una alternativa para esa diversificación. Según el especialista, durante las últimas semanas, las solicitudes de asesoría relacionadas con el uso de estos artículos ha ido en aumento. “De hecho, una amiga que se dedica a su venta me dijo que la demanda también se ha incrementado”, afirma.

“‘Nunca dejamos de jugar, solo cambiamos de juguetes’, es algo que siempre digo en mis talleres”, explica Moncada y añade: “El sexo puede ser muchas cosas y también puede ser lúdico porque a través de él buscamos divertirnos, relajarnos, conectar o desconectar. Que la gente se anime a hacer cosas que normalmente no haría en el terreno de lo sexual se traduce en satisfacción”.

Si a lo largo de los últimos días –o de los últimos meses– la idea de comprar algún juguete sexual ha rondado tu cabeza, te compartimos un listado de cinco de los mitos y realidades más comunes ligados a su uso, aclarados con la ayuda de Moncada.

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Mitos y realidades de los juguetes sexuales

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Mito: Si mi pareja propone el uso de un juguete sexual es porque no soy suficiente.
Realidad: “Existe mucho temor, sobre todo entre los hombres heterosexuales, relacionado con la insuficiencia, el desempeño o el fracaso. Incorporar un juguete sexual en una dinámica de pareja puede descolocar un poco al principio; cuando alguien lo plantea, inicialmente suele surgir la duda en la otra persona del para qué. Un juguete diversifica y suma. Si la idea inicial es que el juguete restará experiencia, satisfacción o que 'me va a sustituir', eso es lo que voy a obtener. Si abro mi mente y pienso que llega para permitirnos explorar nuevas sensaciones, esto puede ser un ganar-ganar”.

Mito: Los juguetes sexuales sólo pueden comprarse en una sex shop.
Realidad: “Entiendo que no todos los juguetes son para todas las personas, sin embargo, cualquier elemento puede ser un juguete. El sexo es un asunto serio porque todo lo que involucra es una forma de comunicación. Todo lo que sucede a su alrededor puede ser lúdico, entretenido, didáctico y un vehículo de descubrimiento. Lleva cierta cadencia y no necesariamente tienes que comprarte un succionador de clítoris o un vibrador. Lo que utilizamos en la cama –desde una corbata para atarnos, algún alimento o una pala de cocina para dar nalgadas– podemos ya tenerlo en casa. Elegir un baby doll o una prenda de lencería porque sabes que vas a ver a tu pareja sexual y que eso lo excitará, también es una manera de jugar. A veces nos imaginamos solo lo que encuentras en un aparador y no necesariamente es así”.

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Mito: Los juguetes sexuales son exclusivos para prácticas penetrativas.
Realidad: “La verdad es que no. Según algunos estudios, pocas mujeres dicen llegar al orgasmo únicamente con la penetración. También necesitan caricias. En términos fisiológicos, un orgasmo se produce con la estimulación rítmica del pene o del clítoris. Sin embargo, el placer es mucho más extenso. Para mí, el placer es una combinación de varias cosas, sobre todo de experiencias, erotismo –concebido como el deleite de los sentidos– y significado social”.

Mito: Ünicamente existen juguetes sexuales de tipo fálico.
Realidad: “El falo es el estándar de la competencia masculina. Para muchos hombres heterosexuales es un conflicto que su pareja quiera utilizar un dildo en forma de pene y creen que ésta es la única alternativa. La realidad es que hay una variedad muy amplia de juguetes con distintos fines y para estimular distintas zonas del cuerpo. La clave es que cada persona tenga claro cuáles son sus manifestaciones, expresiones, deseos y fantasías sexuales. De este modo, podrán elegir de manera adecuada si se dan la oportunidad de recurrir a su uso”.

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Mitos y realidades de los juguetes sexuales

Mito: El fin principal de utilizar un juguete sexual es llegar al orgasmo.
Realidad: “El sexo es también una constante búsqueda intencionada del placer. Existe todo un abanico de posibilidades para llegar al placer; incluso hay personas que no necesitan llegar a un orgasmo, cada quien tiene su propia definición de placer. El erotismo es la búsqueda para deleitar los sentidos e involucra recursos emocionales, psicológicos y afectivos. Para algunas personas incorporar un juguete sexual a su relación es una fantasía recurrente. Si una fantasía sexual provoca emociones positivas, podemos decidir si pasamos a lo real, pero no necesariamente tiene que ser así”.

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