Según The Oxford Review, la cerveza, mezcla perfecta de agua, malta, lúpulo y levadura, es la tercera bebida más popular del planeta, por encima del vino y el café y solo por detrás del agua y el té.
Con orígenes en el Neolítico, la fermentación de cereales comenzó hace 10,000 años en las praderas aluviales de Mesopotamia, cuando las civilizaciones del Tigris y el Eúfrates descubrieron que el grano abandonado a la intemperie podía convertirse en azúcar tras su calentamiento, el primer paso hacia la creación del llamado mosto, principal ingrediente de una bebida que no tardó en expandirse hacia el Mediterráneo. Con matices
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A diferencia de Babilonia, donde era considerada una bebida divina, en Grecia y Roma, con el vino como tótem líquido, la cerveza nunca fue vista como una bebida para las élites. Todo lo contrario.
No fue hasta la llegada de las invasiones bárbaras cuando los pueblos del norte, una vez caída Roma, introdujeron el líquido dorado en el imaginario popular. Tanto, que a lo largo de toda la Edad Media se transformó en un pilar de la dieta europea. Ya en el siglo XIX, gracias a la tecnificación de los procesos y la expansión de los imperios Británico, Belga y Holandés hacia África, el Caribe, Asia y Oceanía, la cerveza se elevó como una de las bebidas más populares del planeta, con diferencias específicas en cada uno de los territorios hasta transformarse en una liturgia que llega hasta nuestros días.
Porque la historia de la cerveza, entre otras cosas, es también la de la civilización humana.
Los tipos de cerveza más consumidos en el mundo
LAGER
Originaria del centro de Europa, es quizá la cerveza más consumida del continente. Su principal característica radica en que su fermentación se produce a bajas temperaturas y en la parte inferior del tanque donde se desarrolla, lo que da origen a su nombre: en alemán lager significa almacenar.
AMERICAN LAGER
La american lager, sosias de la lager tradicional, llegó a Estados Unidos junto a la inmigración alemana de mediados del siglo XIX, donde se convirtió en una de las grandes favoritas del país. Es una cerveza fabricada con lúpulo moderado y en ocasiones puede elaborarse con ingredientes como arroz o maíz.
BOCK
Cerveza de baja fermentación originaria de la ciudad alemana de Einbeck, sus principales características radican en su graduación, ya que suele superar los seis grados y en su elaboración, ya que solo puede elaborarse durante los meses de primavera y otoño. Fue fabricada por primera vez en el siglo XIV.
MARZEN
Es una de las más habituales en el Oktoberfest, la gran fiesta de la cerveza que cada otoño organiza la ciudad bávara de Múnich. Su nombre proviene de marzo, el mes en el que se elabora hasta ser consumidas en octubre. Cuentan con un tono mucho más dorado y una mayor cantidad de malta en su fermentación.
PALE ALE
La cerveza pale ale, una de las más clásicas, se obtiene gracias a la fermentación templada y al uso en su elaboración de la malta clara, ingrediente indispensable para sus característicos olor y sabor. Su primera aparición data de comienzos del siglo XVIII, en Inglaterra, desde donde se exportó con éxito a la India.
PILSNER
Recibe su nombre de la ciudad checa de Pilsen, en la región de Bohemia, el lugar donde se produjo por primera vez, a mediados del siglo XIX, en pleno apogeo del Imperio AustroHúngaro. Se trata de una cerveza limpia y refrescante, con cierto amargor en el retrogusto y normalmente se elaboran con muy poca graduación alcohólica.
STOUT
Evolución de las cervezas Porter, favorita de los porteadores del puerto de Londres desde finales del XVII, la cerveza stout no tardó en saltar a la isla de Irlanda, donde en el año 1776 ya era elaborada por Arthur Guinness, fundador de una de las marcas de cerveza más famosas del planeta gracias al uso de malta de patente negra.
IPA
La Indian Pale Ale, una de las cervezas más de moda en el mundo, tiene su origen en el siglo XVIII como solución a un problema en los viajes de la East India Company: la cerveza no soportaba los cambios de temperatura entre Inglaterra y Asia, con lo que los maestros cerveceros aumentaron el contenido de lúpulo y la graduación alcohólica, creando así una cerveza icónica.