Sin lugar a dudas, la revelación de la pandemia ha sido la invasión que la hamburguesa ha perpetrado a lo largo y ancho del mundo on y offline. Con eso de que a la primera semana del encierro, aquí y en china, todos decidimos que teníamos que aprender a cocinar, se cimentó lo que ya venía avanzando avasalladoramente: el crecimiento exponencial de la popularidad de mi platillo favorito. Hasta hace poco más de un año, sólo uno que otro restaurante que no fuera especializado o de comida americana, tenía una burger en su menú. Restaurantes en hoteles eran la excepción (por aquello de que no hay mejor comfort food que una buena hamburguesita. Además, el también exponencial crecimiento del Instagram como herramienta de conocimiento, socialización, homogenización y comercialización ha hecho que nuestro querido platillo se haya vuelto prácticamente ubicuo.
Corte a, hasta los restaurantes más nice de Polanco (y sus equivalentes en otras ciudades) ahora de rigor tienen una joya de las que yo he dado en llamar “para Señor”. Nos hemos encontrado con unas maravillas de éste mundo y ésta semana, querido lector, le traigo otra más que estoy seguro que le hará suspirar. Directo del restaurante Taboo en pleno Masaryk, tuve la oportunidad de probar este portento de hamburguesa. Portento, porque es graaaande. ¡280 gramos! de carne USDA Prime son la base de este monumento. Carne muy bien tratada y con una mezcla propia secreta y un porcentaje 70/30 en cuanto a grasita vs. carne. Baste con decir que este pattie gordo es jugoso, compacto y muy sabroso. Sobre la carne, una porción de queso Gruyere, un poco de arúgula y alioli de serrano. Ufff. Picosita, pero no tanto como para sacarte una lagrimita, ese alioli sólo aporta una patadita rica. Todo está montado sobre un bollo propio horneado in situ.
Con esta burger podrían darse por satisfechos muchos de los que gustan de éste tipo de platillo. No le falta nada y no le sobra nada. Tiene sabor de sobra y, de las de señor, es de las mejores que he probado. Quizás el único detalle que yo sugeriría, como lo hago en todos los lugares donde la carne manda, es que se debería buscar un término más cocido. Ya sé que los términos medios y rojos son mejores para la carne, pero para la hamburguesa un 3/4 le da un poquito más de cohesión. Perccata minuta de una burger hecha y derecha y deliciosa como ésta. Ahora, vale la pena mencionar que también tienen un sándwich de carne de cordero (que venden como burger de cordero) que está todavía más espectacular. Ya sabe usted, querido lector, que yo soy más ortodoxo en cuanto a la carne de res, pero ésta está tan buena, que vale la pena mencionarla. Con también una porción más que generosa de 280 gramos de carne de cordero importada de Nueva Zelanda, yogurt griego, pepino y hummus, ésta “burger” es un triunfo de sabor. La carne de cordero generalmente tiene un sabor fuerte, pero funciona muy bien en éstos términos. Aquí, este sabor fuerte se suaviza perfectamente con los complementos y resbala hacia el estómago muuuuy fácil y deliciosamente. Hace mucho que no recomendaba una burger que no sea de carne de res: esta, se la recomiendo sin restricciones.
Que los restaurantes de señor tengan tan competentes hamburguesas sólo confirma mi máxima de que no todas las hamburguesas son fast food. Todo burgermaniaco tiene que entrarle a este mundo de vez en cuando. Y ésta es un gran punto de entrada.