Los conocí cuando recién abrieron y me intrigaban dos cosas de Soul en su inicio. Primero, me agarraron porque todo el tema del restaurante era de hamburguesas y motos: dos de las cosas que más me gustan en la vida. Ya conocía yo a uno de los socios del lugar por su trabajo como restaurador y constructor de motos y coches increíbles, pero no sabía de su afición y amor por las burgers. La otra cosa que me llamó la atención fue que en Instagram empezaba a ver recurrentemente una hamburguesa que me hacía babear y me emocionaba: aquella que, como food porn, mostraba como vertían fondue sobre la burger. Espectacular. Tenía que probarlas. Fui, probé la dichosa Sauber y me gustó, pero nada más. En poco tiempo se volvieron de las favoritas del respetable, pero a mi como que no acababan de agarrarme. Siguieron avanzando en su camino hamburguesero, y al tiempo replantearon sus recetas, ampliaron su menú (y su restaurante, al abrir la sucursal de la Condesa) y empezaron a ganarse mi corazón.
Hamburguesitas y Hamburguesotas con mucha alma en Soul
Lanzaron, además de todo lo que ya tenían, dos hamburguesas nuevas, pero sobre todo una que, por lo menos en papel, sonaba a que era todo lo que yo necesitaba: se llama Shelby y tiene 2 patties de carne de 100 gramos cada uno, queso cheddar y una rebanadota de tocino glaseado con miel de maple y sriracha. Todo sobre un bollo artesanal hecho especialmente por ellos por un panadero francés que está haciendo maravillas con el pan. Fui cuando recién abrían la sucursal de la Condesa y ahora si me ganaron. Me conquistaron a punta de sabor y simpleza. Con unos muy respetables 200 gramos de carne Angus Prime muy bien lograda y engañosamente sencilla (sólo tiene sal y pimienta), es lo que una cheeseburger de burger joint tiene que ser. ¿Qué le duele? Nada. Absolutamente nada. Muuuucho sabor, donde reina su majestad la carne, sobre todo. El tocino se revuelca deliciosamente en el glaseado y con la sriracha tiene una patadita sencilla que no molesta (a mi no me gusta lo picante) pero si añade cuerpo al sabor y la experiencia. Con ésta hamburguesa finalmente me ganaron. Bueno, ya me tenían ganado desde que hacían las motos, pero con ésta burger dieron un paso grandote que muestra su enorme respeto y cariño por el platillo. Sólo alguien que entiende a la burger como el platillo complejo y maravilloso que es, puede plantear algo aparentemente tan simple y tan lleno de sabor.
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Después de eso no sabía cómo podían avanzar. Pero ellos si lo sabían y lo tenían muy claro. La circunstancia actual aceleró el proceso de lanzar una serie de burgers que dieron a llamar “Smash Burgers”. Sobre un machote de burger, crearon cinco variantes para todos los gustos. La base es simple: 100 gramos de carne aplastada (de ahí el “smash”) cocinada con cebolla caramelizada, queso cheddar y mayonesa de habanero (que tampoco pica, pero añade una linda patadita al sabor en conjunto). Simple. La idea es hacer hamburguesitas chiquitas de las que te puedes pedir varias y así probar muchos sabores. Muy buenas para el monchis, para antes, durante o después del reven, para el que no se decide nunca por sólo una. En fin. Variantes para todos. Hay una con tocino y, evidentemente, es la "Bacon". Hay otra con doble cebolla: además de la caramelizada, cebolla morada. Una más que lleva champiñones salteados con hierbas aromáticas - la "Off Road". Hay una con polémica y todo, porque, además de lo ya mencionado, tiene tocino y piña asada y glaseada con la salsa Shelby. Para los que dudan de la piña, ésta sabe muy bien. Imperdibles todas. Parecen chiquitas, pero están muy bien servidas y muy llenadoras.
Así que ¡larga vida a Soul! Que la burger ilumine, alegre y mantenga viva el alma.
Visita Soul en: Tabasco 101, en la colonia Roma, y Mazatlán 138 en la Condesa. Actualmente tienen servicio de delivery en Uber Eats.