Se han avistado tortugas marinas nadando en medio de la basura junto a un aeropuerto en la turística ciudad brasileña de Río de Janeiro, ya que el ruido de los motores de aviones que normalmente las mantendría alejadas ha sido silenciado en gran medida por la pandemia de COVID-19.
Los animales entran cada vez más en áreas normalmente pobladas por humanos, mientras las personas se confinan en sus casas para contener la propagación del virus. Se han observado desde leopardos de las nieves cerca de una ciudad en Kazajistán hasta cerdos salvajes que deambulan por las calles de Israel.