El aislamiento durante la pandemia, a fin de evitar la propagación del coronavirus, le ha dado la oportunidad a la naturaleza de darse un respiro de todo el impacto que conlleva la frecuente actividad humana en cada rincón del mundo.
Desde medusas en la laguna de Venecia, la llamativa bioluminiscencia en playas mexicanas y hasta diferentes especies de animales paseando en grandes ciudades, se volvieron fenómenos fáciles de apreciar a cambio de nuestra ausencia en el entorno.