Así nos ven las empresas cuando quieren vendernos algo
Líderes ejecutivos de todo el mundo dedicaron todo un día para el foro sobre transformación digital que organizó el pasado 18 de octubre Bain & Company. Dicho foro tenía la única meta de poner sobre la mesa que la revolución digital ya está aquí y dejar en claro que es el momento de actuar para que las compañías no se conviertan en entes obsoletos ante la digitalización global.
Dentro de la presentación se abordaron diversas temáticas que impulsan la transformación digital, pero también nos permitió analizar el impacto que esta “revolución” nos trae en la vida cotidiana, por ello te dejamos estos cinco puntos de lo que pudimos aprender durante el congreso organizado por la consultora.
Integrar el mundo digital a todas las prácticas empresariales es una necesidad y todas las industrias se están esforzando por dominarlo.
Richard Fleming, experto en finanzas, explicó que el éxito ante este panorama radica en la capacidad de una empresa de romper todos esos esquemas preestablecidos de trabajo –regularmente cuadrados y burocráticos– para mudarlos a prácticas sencillas de trabajo, humanas y con valor agregado tanto para los trabajadores como para los consumidores.
También dejó en claro que toda empresa, sin importar a la industria a la que pertenezca, tiene que –en algún grado y según sus necesidades– implementar prácticas digitales para facilitar sus procesos.
Todo lo tecnológico que utilizamos cotidianamente no es el verdadero negocio de muchas empresas, el negocio está en toda la información que compartimos a través de ellos.
Pasando al campo individual, en el foro se habló de cómo la tecnología está ayudando a todas las industrias a mejorar sus ventas, efectivamente utilizando toda la información que compartimos diariamente por redes sociales y por otras aplicaciones como Waze, Google, Snapchat, Foursquare y todas aquellas enfocadas al cuidado de la salud –las que miden los kilómetros que corres, los pasos que das, la que te recuerda tomar agua, etc–.
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Todas ellas no están creadas exclusivamente para darte alguna utilidad, sino que te analizan de pies a cabeza para saber qué tipo de consumidor eres y determinar si necesitas unos tenis nuevos para correr, si prefieres alguna marca de botella de agua porque tomas más del líquido de lo normal, si consumirías en cierto restaurante porque tu poder adquisitivo es de determinada cantidad al mes, si eres un buen candidato para comprar un coche porque usas Waze…
El Internet de las Cosas (IC) es parte del futuro,
no sólo por la utilidad de los productos sino por los datos que ofrece a los desarrolladores y a las diversas industrias.
¿Has escuchado hablar de Roomba ? Es una inocente aspiradora que piensa. Sí, como lo leíste, piensa. De eso va el Internet de las Cosas, dispositivos que se conectan a la red y que realizan actividades sin requerir interacciones humano a humano. Roomba por ejemplo, mantiene tu casa limpia, pero a su vez es capaz de mapear a la perfección el espacio con el que cuentas en tu hogar, qué objetos utilizas, tus horarios, el tipo de focos y un sinfín de cosas… ¿qué se hace con esa información? Pues es la forma en la que apoyas a la industria a conocer qué nuevas cosas podrías comprar como por ejemplo, saber si puedes tener el espacio para tener un refrigerador más grande.
El celular, en definitiva, no es un accesorio, ya es una necesidad
y está cambiando la forma en que consumimos cosas, también la forma en la que nos las venden.
Emron Pratt, experto en consumo en Bain, no tiene duda en decir que vivimos en un mundo en el que lo más importante es el celular. Cada uno de nosotros tiene más de 200 interacciones diarias por este dispositivo, el 94% de los usuarios de celular ven aquí las tiendas y sus productos antes de ir físicamente a ellas, 82% buscan el producto que quieren antes de ir a comprarlo. “El celular está cambiando a los consumidores y por eso tenemos que actualizarnos”, recalca. Las empresas más exitosas lo saben, por eso no te sorprendas si cuando abres alguna aplicación en tu celular te aparece algo atractivo que ni siquiera sabías que necesitabas hasta que lo ves en la pantalla del teléfono.
Empresas como Rappi
no sólo nos hacen la vida más fácil al cubrir nuestras necesidades, sino que determinan el tipo de consumidores que somos.
Verónica Schiemann, directora comercial de Rappi en México, dice que sólo en la Ciudad de México tienen 800 rappitenderos activos y reciben unas 20 mil órdenes al mes. Esto, explica, no son sólo clientes satisfechos, sino un panorama mucho más amplio de un consumidor.
Porque, afirma, cada consumidor tiene diversos perfiles según la situación en la que se encuentre; es decir, no somos los mismos cuando pedimos algo individual, cuando lo hacemos en pareja, cuando lo hacemos con amigos o a cierta hora del día y eso es valioso para las empresas. Ellos le dan la garantía a quienes ofrecen sus productos en la plataforma vendan porque, además, tienen una estrategia que lo convierte en realidad. “Sabemos que, regularmente, lo que el consumidor ve primero dentro de la plataforma es lo que elige. No es como un supermercado en el que están llenos de opciones”, detalla.
