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El nuevo reloj azul de Tudor que todos quieren

El Black Bay Fifty-Eight "Navy Blue" de Tudor está tan bien logrado que sólo queda una pregunta por responder: ¿lo prefieres con brazalete de acero o con correa de tejido?
mar 07 julio 2020 10:31 AM
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El lanzamiento del Black Bay Fifty-Eight “Navy Blue” de Tudor plantea una de las preguntas relojeras más difíciles de esta temporada: ¿lo prefieres con brazalete de acero o con correa de tejido de Jacquard azul con banda plateada? Cuando tuve la oportunidad de conocerlo en vivo, hace unos días, mi primera reacción fue responder que me inclinaba por la segunda opción. Con el uso de este tipo de correas, que son fabricadas por Julien Faure, una de las últimas empresas francesas especializadas en la técnica de tejido de Jacquard –con alta densidad de fibras, sólido y suave a la vez–, Tudor no sólo refrescó con gran éxito sus relojes a partir de 2010, sino que revolucionó una industria que se aferraba a utilizar materiales más tradicionales para las pulseras.

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Con este antecedente, se entiende mejor la relevancia de las correas de Tudor. Pero la decisión no es tan sencilla (al menos para mí), porque el brazalete de acero 316L ofrece un contraste muy atractivo con el color azul de la esfera y del disco de aluminio anodizado del bisel giratorio unidireccional.

Los acabados de ambos componentes –pulido y satinado en el brazalete, mate en el disco– destacan su estética de tool watch, término con el que se designa a los relojes herramienta creados para profesiones específicas, como la aviación, el buceo o la navegación. Vestido totalmente de acero, el Black Bay Fifty-Eight "Navy Blue" luce serio, técnico, elegante y preciso.

Es normal que así sea, pues la línea Black Bay está basada en el primer reloj de submarinismo de Tudor, la referencia 7924 o “Big Crown” –llamada así por su corona de gran tamaño– presentada en 1958 y sumergible hasta 200 metros. Aunque me parece que en el nuevo "Navy Blue" esa esencia utilitaria es más directa, a diferencia de otros modelos con una intención más vintage.

La caja del “Navy Blue” mide 39 milímetros de diámetro, igual que la de aquella pieza histórica de 1958. De hecho, la diferencia entre los modelos Black Bay y Black Bay Fifty Eight es, precisamente, el tamaño, ya que los primeros miden 41 o 43 milímetros, en el caso del Black Bay Bronze.

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El modelo Black Bay Fifty-Eight "Navy Blue" con correa de tejido de Jacquard.

Otras características de su diseño son las que distinguen a toda la colección, como las agujas “Snowflake” introducidas por Tudor en 1969 y revestidas con material fosforescente Super-LumiNova; los índices circulares, rectangulares y triangulares; la esfera abombada; el bisel giratorio unidireccional con escala de inmersión y el triángulo de referencia a las 12, y la hermeticidad de 200 metros.

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Lo más especial es, por supuesto, el azul de la esfera y del disco de aluminio del bisel, que Tudor estrenó en un reloj de submarinismo Oyster Prince Submariner de 1969. Luego extendió el uso de ese color a sus demás modelos deportivos y surgió el “azul Tudor”, que la Marina francesa adoptó para sus relojes de buceo fabricados por la marca en los años 70. Ahora debuta en un Black Bay Fifty-Eight.

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El color del nuevo Black Bay Fifty-Eight "Navy Blue" está basado en un modelo de submarinismo de Tudor de 1969.

No menos importante es su mecanismo, el calibre de manufactura MT5402 de carga automática, con espiral de silicio antimagnético y 70 horas de reserva de marcha. Por su calidad, tiene la certificación de cronómetro oficial del COSC e incluso supera los estándares de ese instituto suizo en materia de variación media en el índice de funcionamiento diario del movimiento, con una tolerancia de entre -2 y +4 segundos (la del COSC es -4 y +6 segundos). La garantía que ofrece Tudor es de cinco años.

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El calibre de manufactura MT5402 de carga automática tiene espiral de silicio antimagnético y certificado COSC, y garantiza 70 horas de reserva de marcha.

Para hacer las cosas más complicadas, la marca ofrece una tercera correa, también azul, de un material sintético con un tacto similar al de la franela. Esta pulsera y la de Jacquard son intercambiables. Muy tentador, pero mi voto se queda con el brazalete de acero, aunque, en este caso, cualquier elección es correcta.

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