"Un mentor cree en ti más que tú mismo": Alejandro González Iñárritu
El cineasta mexicano, ganador de varios Oscar, descubrió su inesperada vena de maestro al participar en la Iniciativa Artística para Mentores y Discípulos de Rolex. Así lo recuerda.
Si te llamas Rolex, tu poder de convocatoria está garantizado. La cuestión es cómo lo usas. La marca relojera suiza lo ha aprovechado para relacionarse con personajes que comparten con ella la búsqueda de la excelencia y el compromiso de transmitir el conocimiento a las nuevas generaciones.
Uno de sus testimoniales es el cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu, ganador de dos Oscar a mejor director por Birdman, en 2015, y The Revenant, en 2016, y de un Oscar especial por su producción de realidad virtual Carne y arena. Alejandro fue parte de la Iniciativa Artística para Mentores y Discípulos, que Rolex estableció en 2002 para apoyar a jóvenes talentosos en siete disciplinas mediante el contacto con creadores experimentados. En el caso del cine, este programa ha contado con otras grandes figuras, como Martin Scorsese, Stephen Frears, Mira Nair, Zhang Yimou y el también mexicano Alfonso Cuarón.
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González Iñárritu fue mentor en 2014-2015, periodo en el que Rolex también invitó al escritor canadiense Michael Ondaatje, el arquitecto suizo Peter Zumthor, el artista plástico danés Olafur Eliasson, la diseñadora estadounidense de iluminación teatral Jennifer Tipton y el coreógrafo ruso Alexei Ratmansky. Hoy recuerda que dudó en aceptar la invitación, porque siempre se ha considerado un mal estudiante y un mal maestro.
“Mi capacidad de transmitir conocimientos está muy limitada por mis propias experiencias, porque, aunque leo mucho y veo películas todo el tiempo, aprendo las cosas al hacerlas y equivocarme”, afirma. “Me han invitado a dar cursos, pero sé que no tengo la metodología que se necesita para articular mi proceso y comunicárselo a alguien más. Cada una de mis películas es una ecuación distinta que he tenido que entender y resolver, y que es completamente inútil para la siguiente película. Y eso me gusta. No quiero comprender ni registrar mi proceso, siento que me aburriría mucho”.
Cuando Rolex me lo propuso, fue con la idea del mentor como esa tradición renacentista de pasar el conocimiento a los discípulos para que trascienda el paso del tiempo, sin individualismos
Alejandro González Iñárritu
Lo ayudó a convencerse que su visión en este tema coincide con la de la marca. “Cuando Rolex me lo propuso, fue con la idea del mentor como esa tradición renacentista de pasar el conocimiento a los discípulos para que trascienda el paso del tiempo, sin individualismos”, explica. “Antes, los artistas eran devotos de la obra y su trabajo era sólo una pieza de un todo artesanal. En cambio, hoy el arte se trata de la persona que lo crea, casi que la persona es el arte, por eso es tan limitado”.
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Después se entregó al proceso de ser mentor y resolvió su disyuntiva. “Me preguntaba cómo iba a lograrlo. Soy muy impaciente y sé que no es lo mismo hacer algo que enseñarlo; los maestros tienen una habilidad especial”, dice. “Estaba muy nervioso de que no funcionara. Lo único que se me ocurrió fue abrirme para que él (el director británico Tom Shoval) observara mi proceso y sacara sus propias conclusiones sobre lo que le atraía y le hacía sentir bien, y sobre lo que no le atraía y rechazaba. Y eso fue lo que hice”.
Shoval se encontró con Alejandro varias veces durante la filmación de The Revenant y hablaron mucho. “Así que no le enseñé nada, sino que, literalmente, me abrí con él. No fue fácil dejar que alguien fuera testigo de mi sufrimiento y mis inseguridades durante un proceso que, por lo general, es muy privado e íntimo. No es sencillo permitirle a alguien que entienda tu forma de trabajar, porque, obviamente, a veces el proceso no es sexy”.
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En un comercial reciente de Rolex, Alejandro habla sobre la persona que jugó el papel de mentor en su vida. Se trata de Ludwik Margules, un destacado director de teatro y profesor nacido en Polonia en 1933 y fallecido en México en 2006. “Ludwik era muy bueno para entender la condición humana”, recuerda el también director de Amores perros, 21 gramos y Babel. Estudié con él tres años, tenía una mente muy cultivada, un gran conocimiento de todos los temas y una metodología muy buena. Querías escribir todo lo que decía. También era alguien que te cuestionaba profundamente. Si no tenías talento, te lo decía frente a todos para asegurarse de que te dedicaras a algo más, porque, de lo contrario, tu vida sería miserable. Dedicarse al arte, por lo general, es muy frustrante y muy difícil económicamente. Así es que era muy duro y cruel, pero preciso y sabio; no le interesaba ser amable”.
Los mentores son personas que sacan lo mejor de ti sin necesidad de decírtelo, que te hacen sentir bien, te escuchan y te valoran, que ven algo en ti cuando ni siquiera tú sabías que ese algo existía.
Alejandro González Iñárritu
Margules le enseñó a mejorar la comunicación con los actores y, sobre todo, la responsabilidad que significa ser director. “Aprendí que si quieres llegar al set y tener un ejército de personas listo para hacer lo que la película necesita, debes ser el más preparado de todos. Necesitas saber de fotografía, de drama, de pintura, de literatura, de música, porque si vas a dar órdenes, tienes que entender a la gente que te rodea. Ludwik fue un gran mentor en el sentido de que respetó y entendió mi trabajo, para él, fue algo importante y significativo”.
Después de esa experiencia, González Iñárritu ha reforzado su idea de lo que es un mentor: "Los mentores son personas que logran sacar lo mejor de ti sin necesidad de decírtelo, que te hacen sentir bien, te escuchan y te valoran, que ven algo en ti cuando ni siquiera tú sabías que ese algo existía. Confían y creen en ti incluso más que tú mismo. El discurso del hombre que se ha hecho solo, el self-made man, es una gran mentira. Nadie se hace solo. Todos necesitamos de alguien".
El reloj de Alejandro
Rolex Oyster Perpetual GMT-Master II: Uno de los clásicos de Rolex se presenta con una caja de 40 mm y un brazalete que combinan acero Oystersteel y oro Everose. El bisel giratorio bidireccional con escala de 24 horas está hecho de cerámica Cerachrom café y negra. Gracias a su mecanismo calibre 3825 de carga automática, indica dos husos horarios y garantiza 70 horas de reserva de marcha.