Estos son los objetos que definen al escritor Daniel Krauze
1. Poster ‘Dracula Has Risen From The Grave’. “Hay una tienda que me encanta en Nueva York que se llama Posteritati y que básicamente vende posters viejitos de películas, pero ediciones gringas, japonesas, italianas, francesas… Es una maravilla. Yo tengo esta cosa ridícula, absurda de que siento que si sigo comprando, de alguna manera esa tienda no va a quebrar. Soy muy fan de las películas de vampiros, en particular las de Hammer, me gustaban muchísimo cuando era chico como Horror of Dracula o Prince of Darkness. Un día estaba viendo viejos pósters de películas de terror y la lista decía que éste es un poster clásico, hecho por un artista muy específico, del que no se hicieron muchas copias. Lo vi y dije ¡lo quiero! Lo compré cuando tenía como 27 años y se volvió mi objeto más preciado.
2. Pac-Man’s Arcade Party. “Mi obsesión empieza porque de chiquito me gustaban mucho los videojuegos y estudiando la maestría fuera de México vi una película que se llama The King of Kong Fistful of Quarters y me gustó muchísimo. Es la historia de un cuate que está queriendo romper el récord mundial de Donkey Kong Jr. y por eso me empecé a interesar en las maquinitas. En esos meses, también descubrí un bar en Estados Unidos que se llama Bar Cave que estaba lleno de maquinitas. Empecé a ir con cierta frecuencia a echarme unas cervezas y a jugar Pac-Man y me di cuenta no sólo que me distraía, pero que también me relajaba. Eso fue como a mis veinticinco años. Me metí a internet a buscar una máquina, en México no la vendían pero en Los Ángeles sí y tenía que pagar el flete que costaba la mitad de lo que cuesta la máquina. Dije, ¡al diablo! Había ganado algo de dinero de mi primera novela y me di ese gusto. Me había mudado por primera vez solo a un departamento en la Condesa, dije al carajo y contacté a esta empresa. Cuando llegó el Pac-Man fue como navidad, me puse a jugar inmediatamente y se volvió como una especie de obsesión jugarlo entre varios de mis amigos y yo”.
3. Muñecos de peluche, japonés y Gizmo. “El de mi hija lo compré en una tienda de cosas japonesas en Los Ángeles, donde estuvimos viviendo unos meses. Mi hija lo escogió, lo cual me hizo pensar que sería su juguete favorito. La verdad es que no lo pela en absoluto a pesar de que yo he hecho todo tipo de intentos para que lo sea. Ese peluche tiene un valor sentimental más para mi que para ella.
El otro es un Mogwai, es Gizmo de Gremlins. Mi papá me lo compró en 1984, tiene casi mi edad. Le tengo tanto cariño que se lo pude haber dado a mi hija cuando nació, pero no se lo quise dar, y la verdad no lo hubiera pelado en absoluto. De todos los juguetes que tengo, es el más viejo por mucho”.
4. Sonos Beam. “No soy mucho de gadgets. Mi televisión tiene 10 años, no se escuchaba muy bien y la bocina cambió completamente eso. Suena divino, tanto que ahora me siento en el cuarto de tele a poner música en mi Spotify nomás para escuchar cómo suena en Sonos”.
5. Libro ‘The Boy Who Fell Out of the Sky’. “Es el libro que más veces he leído, junto con High Fidelity. No es un libro de ficción. Es la historia real de un chico de 19 años que pierde a su hermano mayor de 25 años en un atentado muy famoso de unos terroristas que ponen una bomba en el avión en el que viajaba, provocando que explote arriba del pueblo de Lockerbie en Escocia. El autor recrea la vida de su hermano que quería ser escritor, entrevistando gente y recuperando todo lo de su hermano había escrito y que había dejado por medio mundo. Es un libro muy conmovedor, que por motivos personales me debe de llegar porque yo tengo un hermano mayor con el que tengo una relación muy estrecha. De todos los libros que tengo, es el que siento más cercano, más valioso y por eso lo escogí”.
