¿Qué hacer un sábado en la Ciudad de México?
Si quieren saber a dónde ir, no le pregunten al hiperactivo crónico, siempre en busca del lugar más nuevo. Para él, lo mejor es lo que está de moda. Nosotros, los ermitaños, somos más fiables. Si salimos, es para ir a los lugares que nos gustan. Somos personas de aficiones tercas y en lo terco está lo leal. Exploramos a fondo los menús de nuestros restaurantes favoritos, no como esos inquietos que van por la vida como si todo fuera un buffet.
Ahora que lo sabes, te guíamos por la capital mexicana para tener un sábado perfecto.
9:30 am
A riesgo de sonar como comercial: despierte con el mejor café de la Ciudad de México. La calidad del Chiquitito (Alfonso Reyes 232) es inversamente proporcional a su tamaño: un rincón angosto donde sirven un café musculoso y achocolatado que va directo a la neurona sin tatemar el esófago. Póngase los pantalones y pida un espresso. Pura alegría en grano.
10 am
Camine unas cuadras y siéntese en Peltre (Álvaro Obregón 85), u otra cuadra más en Qué Sería De Mí (Alfonso Reyes 164). Discúlpelos por elegir ese nombre y desayune a gusto. O, si tiene tiempo, haga cola para comprar una torta de chilaquiles en La Esquina del Chilaquil (Alfonso Reyes 145), un puesto que dice haber inventado esa perla culinaria. La veracidad de la patente sigue siendo debatida, pero les aseguro que la espera vale la pena.
12 pm
¿Para qué caminar por Reforma y Chapultepec en domingo, rodeado de gente, cuando se puede turistear en paz un sábado por la mañana? Las calles están limpias, no hay basura en los camellones y, según yo, hasta el aire huele fresco. ¿Quién dice que la ciudad es sucia? También es buen momento para pasear por tres de los grandes museos de la ciudad: el Tamayo, el de Arte Moderno y el de Antropología (todos sobre Paseo de la Reforma).
3 pm
¿Acabó muerto, con los tobillos hinchados y la materia gris aún procesando información sobre los aztecas? Arrástrese a la terraza del Lampuga (Anatole France 78), hogar de pescado y mariscos frescos, cocinados sin pretensión. Recomiendo una michelada para acompañar ese caldito de camarón con el que, amablemente, dan la bienvenida. Está en Polanquito, quizá la zona más odiosa de la ciudad, pero la comida vale la pena.
6 pm
A unas cuadras del restaurante –suficientes para bajar la comida, pero no tantas como para necesitar un Uber– está Ojo de Agua (Lamartine 313), local que antes llevaba el nombre, más mexicano y misterioso, de La Ciudad de Colima. No haga caso a las recomendaciones del lugar. ¿Quiere probar la bebida dulce más refrescante de la CDMX? Horchata y mamey. Tan buena que voy por una. Ahorita vuelvo.
8 pm
Si su disposición es más bien burguesa, quizá valdría la pena darse una vuelta por La Número 20 (Andrés Bello 10), una cantina en un rincón privilegiado de Polanco, o por el Limantour (Oscar Wilde 9), para fans de los cocteles preparados con paciencia y amor. El Coconut Sling no falla (gin Martin Miller infusionado con coco, Becherovka, Cherry Grand Marnier, piña, limón, jarabe natural, angostura bitters) en calmar la sed.
Ya que tienes nuestras recomendaciones, empieza a organizar el próximo fin de semana.