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Es tiempo de decirlo: Stranger Things es la joya de la corona de Netflix

La cuarta temporada llega a su fin y el fenómeno se dispara.
sáb 16 julio 2022 12:12 PM

Netflix ha concebido uno de los catálogos de originales más ambiciosos del streaming, el cual incluye colaboraciones con grandísimos directores, productores, actores y más. Por esto mismo, no deja de ser sorprendente que la plataforma haya convertido la historia de unos niños peleando contra una serie de monstruos liberados desde una dimensión alterna en la gran joya de su corona. Nos referimos a Stranger Things que no ha parado de cosechar éxitos desde su estreno en 2016.

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Irónicamente, su concepción no fue sencilla. Una serie de aventuras infantiles cimentada sobre la nostalgia y destinada a un público primordialmente adulto. Esto con bases que remiten a todo tipo de clásicos ochenteros centrados en elencos infantiles, con elementos palpables de E.T. y Los Goonies, pero también de Eso o Cuenta conmigo. Nadie parecía entenderlo.

Nos dijeron que no se puede poner a los niños en los papeles principales de un programa que no está destinado a un público infantil”, aseguró Matt Duffer en su momento. “Hicimos un libro de presentación de 20 páginas, donde tomamos la portada de un libro viejo de Stephen King y teníamos muchas imágenes de muchas de las películas a las que hacemos referencia”. Ross Duffer complementó recordando como “hubo mucho la pregunta de, ‘¿Por qué no puede ser simplemente este sheriff investigando actividades paranormales en una ciudad de Twin Peaks?’. Simplemente no estábamos interesados ​​en eso”, declararon los hermanos al NYT . Luego de incontables presentaciones fallidas, sólo Netflix entendió el concepto. El resto es historia.

Revisitar el pasado para comprender el presente

Hay quienes insisten en que el éxito de Stranger Things se debe a su buen uso de la nostalgia ochentera que ha crecido en la industria en los últimos años. Pero lo cierto es que esta práctica no es tan novedosa ni mucho menos tan romántica como se podría pensar. En realidad, es una tendencia bastante recurrente conocida por el nombre de "retro twin" (o gemelo retro) y que se debe al hecho que los adultos rememoran su infancia, algo que es bien aprovechado por las distintas empresas para sacar beneficio del recién adquirido poder adquisitivo de esta generación. Pasó en los 70 que sintieron fascinación por los 50; los 80 por los 60; los 90 por los 70; y finalmente los 2000 por los 80. Lo curioso es que en este momento debíamos estar empezando la idolatría por los 2000, pero los 80 simplemente se niegan a irse.

El inusual fenómeno es atribuido primordialmente a dos factores. El talento creativo surgido de los 80 y que ha inspirado a numerosos creativos desde entonces, como sería el caso de los Duffer. Más inquietante es que fue una década imperfecta con picos de violencia en varios países, en la que surgieron las primeras grandes preocupaciones por una crisis climática, y con la corporatización que empezó a ser vista como un problema por el grueso de la sociedad. Aun así, fue una década inocente en comparación con las que le antecedieron, incluso podría decirse que fue tranquila y libre de preocupaciones en el panorama global.

Muchos de sus problemas apuntaban más bien al futuro, lo que contribuyó a la creación en el imaginario colectivo de que los niños terminarían siendo los héroes del mañana. Es decir, todo lo contrario de lo que estamos viviendo en la actualidad con preocupaciones de carácter cada vez más urgente. Es por esto que son tantos los que han recurrido al pasado como fuente de escapismo del caótico mundo en que vivimos. Algo que puede apreciarse en las incontables obras de ficción que han volteado a los 80 como fuente de inspiración. Ninguna de modo tan glorioso como Stranger Things.

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La lucha por la supervivencia

Es un hecho que la madurez nos torna cínicos. Fue por esto que proyectos como Super 8 no fueron abrazados de lleno al ser vistos como la mera réplica de una fórmula, o que otros como Verano del 84 rompieran la imagen romántica de la infancia. No es el caso de Stranger Things, cuya capacidad para rememorar las sensaciones experimentadas en los 80 invariablemente nos invitan a soñar con el valor de una amistad inquebrantable; a estar alertas de las amenazas que se ciernen desde las esferas de poder; y sobre todo a volver a ser niños para ascender como los héroes que alguna vez esperamos ser.

Freddy Krueger persiguió nuestros sueños, pero al final nos despertamos

Los 80 no fueron perfectos. De hecho, David Barnett de The Independent considera que “tal vez fue una década oscura […], pero se siente como si el mayor beneficio de ubicar una historia de horrores reales e imaginados respondiera al simple hecho de que los sobrevivimos. Lo logramos. Retrocedimos del abismo nuclear, aunque fuera brevemente. Freddy Krueger persiguió nuestros sueños, pero al final nos despertamos. El SIDA cobró vidas, pero no fue la plaga que nos dijeron que sería. Will desapareció en Stranger Things, pero eventualmente encontró el camino de vuelta a casa”.

No hay razón para pensar que la historia no puede repetirse. Tal vez Stranger Things no tenga grandes nombres en comparación con otros proyectos de Netflix, pero sí que tiene el mensaje que todos necesitamos escuchar en este momento. Es así como las aventuras de unos niños peleando con monstruos se ha convertido en la joya de la corona de la plataforma más importante de todas y en todo un clásico de la pequeña pantalla. El final está cerca, pero la serie ya ha garantizado su lugar en la historia.

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