Después de un éxito rotundo con 54+1, el cantante venezolano Danny Ocean está de regreso, con dos sencillos –"Pronto" y "Cuántas veces", que forman parte de su segundo material discográfico, que estará disponible en el transurso de este año. En una videollamada desde Miami, el músico platicó con Life and Style sobre su regreso, el proceso de composición del álbum, así como de su rápido ascenso a la fama y la forma en que lidia con ella.
"El único que nos puede juzgar como cantantes es el micrófono": Danny Ocean
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¿Cómo fue regresar al estudio después del éxito que tuviste con tu primer álbum, 54+1?
Ciertamente sí hay un top of mind al saber que al álbum, que fue mi primero, le fue increíble. Y obviamente quieres hacer algo diferente, pero seguir la misma esencia. Pero creo que con tal que te mantengas en movimiento y creando, vas surcando esas olas.
Recientemente estrenaste el sencillo “Cuántas veces” . Cuéntanos del proceso de producción.
Me fui para Medellín hace como un año a conocer a Ovy and The Drums. Se supone que ese día no íbamos a trabajar pero conectamos y trabajamos en el estudio, y la primera canción que hicimos, de hecho, fue “Cuántas veces”. En ese viaje también nació “Ay, Dios mío!”, de Karol G . Cuando escribí la canción estaba pensando en una canción que invitara a las personas a liberarse con la verdad, y siempre la escribí desde el punto de vista de un tercero. Era yo diciéndole a una persona que quiero “si no vas a estar para el compromiso, dile a tu novio o a tu novia, háblale de eso y libérate”. Hace como tres meses se la pasé a Justin (Quiles) porque quería que mi primera colaboración fuera con él. Lo admiro, lo respeto mucho y me gusta su voz. También quería a alguien que pudiese tener un contraste de voz conmigo. Ya habíamos trabajado juntos en una canción y me gustó cómo trabajamos. En fin, se la mandé y a los dos días me pasó de vuelta un bounce, me encantó y fuimos construyendo. El video lo dirigió un buen amigo, y fue muy cool porque fue algo entre amigos.
Fue un trabajo entre amigos, pero no los elegiste sólo por ser tus amigos. ¿Qué buscas en un colaborador?
Yo, como compositor, me gusta un artista que tenga una línea clara de composición. Mira, si hay alguien que nos juzga a nosotros, los creativos –y me gustaría que esto quedara grabado–, el único que nos puede juzgar a nosotros como cantantes, es el micrófono. Punto. A mí me gustan los artistas que saben cómo hacer un buen delivery y tienen una actitud y una particularidad para escribir. Esas son las cosas que me llaman la atención para colaborar con otros artistas. A Justin, más allá de lo creativo, lo admiro y lo respeto porque es un tipo que trabaja duro y ha sido un ejemplo para todos. En mi país, Venezuela, lo queremos muchos. Justin es la primera colaboración mía en el proyecto Danny Ocean.
En este disco también tienes un sencillo, “ Pronto ”, el primero que lanzaste, que compusiste hace siete años. ¿Por qué decidiste sacarlo ahorita?
En 54+1 ya estaban canciones como “Me rehúso”, “Dembow”, “Swing”, y pensé que “Pronto” también merecía un momento en el foco; por eso no la metí en 54+1 y preferí que fuera mi primer sencillo en otro disco. Me encanta esa canción porque me parece muy cool, muy bonita, muy diferente, y tiene mucho mi esencia. Creo que es un feeling. Uno como compositor nunca sabe cuándo va a salir una canción; esa es la verdad. Tú decides, claro, pero hay veces que no es el momento y lo sientes.
¿Cómo es trabajar con una canción que lleva tanto tiempo? ¿Ya la tenías súper armada y nada más la integraste al disco, volviste a grabar? ¿Cómo retomas algo que lleva tanto tiempo?
La canción quedó prácticamente como estaba; prácticamente sólo regrabé vocales porque mi voz de hace siete años no es la misma que tengo hoy. También se la pasé a un amigo para que le agregara cositas cool y refrescantes por debajo, pero algo que ayudó mucho fue la mezcla del tema. La versión que yo tenía estaba mezclada y masterizada por mi lado. Ahora alguien más intercedió para darle otro toque, pero nunca cambió en composición y estructura. Simplemente me reencontré con el jurado –el micrófono– para dar el delivery que quería dar. En estos siete años, me imagino que tu forma de trabajar es muy distinta a como es ahora. De entrada, hay más gente involucrada.
¿Cómo es someter un trabajo personal a la opinión de gente que respetas mucho, pero que puede tener una visión distinta?
Es complicado porque pasé de trabajar todo yo a aprender a trabajar un equipo; obviamente hay una línea. Pero una vez que ya tienes ese ritmo de saber trabajara en equipo, hay dos cosas que siempre digo: cuando eres artista y estás en tu proyecto estás en una posición, y cuando eres compositor para otro proyecto es otra posición. Como compositor estás prestando un servicio a otro artista y lo estás ayudando. Él llega y te dice qué quiere hacer, y tú le vas brindando opciones de qué hacer pero al final él es el artista y él es el que sabe mejor cómo representar lo que quiere. Cuando me toca a mí ser el artista, escucho las opiniones de todo mundo, porque para eso tengo a las personas que están ahí, pero al final soy yo quien decide cómo acomodar las cosas. También es una cuestión de sentirse cómodo. El proceso de la música es desnudarse, y que tú tengas la confianza de ir con una persona al estudio y contarle algo personal para que pueda entenderte y reflejarlo a nivel musical, es muy importante.
¿Cómo influyó la pandemia en tus procesos creativos?
Fue un desastre (bromea). No, ha sido algo muy cool. La pandemia me dio mucho esa línea de aprender a trabajar en equipo, pero también me hizo reconocer que la ansiedad es algo real y vi que hay que estar pendiente de eso cuando te vengan esas ansiedades. A nivel creativo siempre me mantengo en movimiento y busco solucionar. Cuando estoy estancado trato de salir de mi zona de confort y sigo dándole.
¿Qué música estuviste escuchando durante este tiempo?
He estado escuchando muchos soundtracks. Escuché mucho a Tony Anderson, que hace muchas pistas instrumentales. Es como muy espiritual. He estado escuchando mucho a Drake, estoy muy feliz con lo que está pasando con Tiesto, con “The Business”. Escuchaba a Tiesto desde chico y qué cool que otra vez venga con una canción y que esté en el radar. Esto me da esperanza.
Tu vida en el transcurso de muy pocos años tuvo un cambio drástico. ¿En qué momento te diste cuenta de lo lejos que habías llegado?
Yo todavía no caigo en cuenta. Yo trabajé en una agencia publicitaria en Caracas y siempre imaginé muchos escenarios a futuro. Cuando estaba en Venezuela quería irme del país y me imaginaba mucho fumando un cigarro en Nueva York. La segunda vez que fui a Nueva York, ya con mi música, había fumado un cigarro y dije, “wow, qué increíble, como me había visualizado”, y cuando me di cuenta fue un shock. Tengo 28 años, estoy en un departamento en Miami con una vista increíble, y cada vez que me levanto no puedo ni entender qué fue lo que me pasó ni cómo paso, y me doy cuenta de que he sido muy afortunado y muy bendecido. Pero no caigo en cuenta ni quiero caer en cuenta. Entiendo que algo está pasando afuera conmigo, pero no estoy concentrado en eso. Es raro; yo no estaba buscando fama cuando saqué “Me rehuso”, entonces me tocó digerir demasiada información porque yo no estaba acostumbrado a estar en el spotlight. Yo soy muy tímido y me gusta estar atrás del telón, pero me tocó estar adelante pero lo aproveché y lo estoy entendiendo.
Platico contigo y jamás te percibiría como una persona tímida…
Soy tímido e inseguro. Te puedo apostar que todos los artistas lo somos; el problema es que nos gusta mucho lo que hacemos y cuando lo hacemos estamos en otro mundo. Y creo que disfrutar de cada momento y vivir el aquí y el ahora, y en mi caso, conocerme a mí mismo, ayuda mucho a simplemente ser quien soy en cada entrevista que doy o en cada escenario. Yo no soy de esos artistas que tienen un personaje. Respeto a los artistas que si lo tienen, pero a mí lo que me sirve es ir aprendiendo que mi vida es así ahora. A mí lo que más me llama la atención es lidiar y aprender, conquistar mis miedos. No es fácil, pero también hay que agradecer lo que está pasando contigo. El artista debe de darse cuenta de que tiene responsabilidades, y cuando asumes eso y sabes que tienes que dar un ejemplo, te ayuda a entender en dónde estás parado y qué puedes hacer. Y eso te ayuda a superar tus miedos.