A esa edad en la que los deseos de los niños son visto desde arriba, cuando el “¿qué quieres ser de grande?” se toma como un juego,
Anya Taylor-Joy
enunció su destino: “quiero ser actriz”. Tenía
cinco años
.
A los 14 había ido más lejos. Frente a sus padres, dos personas que entienden bien lo que es la migración, amagó con irse a Nueva York en busca de sus sueño. Ante de convertirse en la protagonista de The Queen’s Gambit y Emma esta mujer que habla francés, inglés y español ya entendía el lenguaje de la actuación.
“Lo pasaba muy mal en la escuela y simplemente les dije: ‘no voy a ir más y tengo boleto de avión para Nueva York. Puedo contar con su apoyo o, simplemente, marcharme’. Fueron increíbles conmigo”, recordaría la actriz de 24 años a El País Semanal .