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Para Kurt, quien creció escuchando a Kat Steven y Barry White, la música fue una contante en su vida. Sin embargo, no fue hasta después de estudiar publicidad y mercadotecnia que apostó por sus canciones. “Entendí tarde que la música era mi camino. Le pregunte a un amigo que me definiera con una palabra y dijo: música. Comprendí que muchas cosas habían ido y venido en mi vida, pero la música siempre había estado ahí”.
Se empezó a hacer de un nombre al abrir conciertos de Los Claxons y su popularidad creció al ser telonero de Morat. Su disco debut, que contó con colaboraciones de Alex Ferreira, Tommy Torres y Luis Fonsi, es muy personal. Explora temáticas el amor, desamor… su vida. “Yo pensé que iba a ser un buen primer intento, pero el público le dio un lugar especial”.
“La mujer perfecta” fue su canción más exitosa; hasta el momento acumula más de 140 millones de reproducciones en Spotify. Curiosamente, surgió intentando ayudar a alguien más a hacer música. “Le dije a un buen amigo que le ayudaba a componer, y cuando escuché su canción le dije: ‘Tan bonita que le dan celos al cielo…’. Explicándole la canción, terminé haciendo ‘La Mujer perfecta’”.

Kurt ha empezado a manejar mejor los nervios en el escenario, piensa que es una especie de cuota aceptable con tal de poder hacer música. “Aun me cuesta, pero me adapto, es mi chamba, ni modo que no le echa ganas a eso. La gente va a pasarla bien”, dice sorriendo. Ha entendido que tiene un compromiso y por eso no duda en anotar una letra o incluso susurrarle a la grabadora de su teléfono una melodía que se le acaba de ocurrir sentado en un avión.
“Si hay un público que le gusta lo que haces y ya está esperando tus canciones, creo que tengo una responsabilidad con ellos. Los artistas tiene la obligación de volver se un poco locos o parecerlo, en el sentido de que debemos que crear y anotar eso que se nos ocurre”.