Iñárritu 'muestra los dientes' por Fidecine en el aniversario de 'Amores Perros'

Su crítica, aunque hecha a través de una metáfora cinematográfica, tuvo un claro subtexto político para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador por los recortes económicos a la cultura en el país.

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“Creo que es importantísimo que los olvidados sean recordados, apoyados y los primeros que reciban y que sean considerados. Creo que nadie podría estar en contra de ese guion. Pero como ese guion de Alcoriza y Buñuel, que es perfecto, tiene que estar bien ejecutado, porque por mejor que sea un guion, con un mal director es una mala película”, analizó Iñárritu.

En la conferencia virtual vía Zoom de Amores perros, además estuvieron presentes los actores Gael García Bernal (quien no pudo prender su cámara porque estaba en un set filmando y no podría mostrar nada), Vanessa Bauche, Adriana Barraza, Gustavo Sánchez Parra y Jorge Salinas. También los productores Martha Sosa, Francisco González Compeán, Mónica Lozano y Alejandro Soberón. Se sumaron el especialista en sonido Martín Hernández y el compositor Gustavo Santaolalla. La ausencia más notable fue la del guionista de la película, Guillermo Arriaga, quien por diferencias creativas y personales se enemistó con Iñárritu, a quien no ve desde hace 13 años.

A partir del 5 de noviembre y durante dos semanas, la película se proyectara en distintas salas de cine del país.

Entre las anécdotas más divertidas que recordaron fue que el actor Gustavo Sánchez Parra le reveló con pena a González Iñárritu que no sabía manejar y entonces en una escena el equipo de producción tuvo que empujar la camioneta.

Gael García, quien en ese momento estudiaba actuación en Londres, recordó también el momento en el que Iñárritu lo contacto para esta película que fue estrenada en el Festival de Cannes, donde consiguió el premio de la Semana dela Crítica y estuvo nominada al Oscar a Mejor Película Extranjera.

“Descuelgo el teléfono y escucho esa voz radiofónica de 'El Negro'. Me empieza a hablar de esta película, me dice que me va a mandar el guion y yo solo le contestaba como cuando a uno lo despiertan. Le dije: "sí sí, mándamelo" y me pregunta que a qué dirección. Nunca nadie me había mandado un guión y era una época en la que no entendía qué pasaba, nunca había leído un guión de largometraje. Estuve esperado el guión, que en un principio se llamaba Perro blanco perro negro, y me acuerdo que cuando lo leí, sentí que se estaba acabando muy rápido la película, que qué onda con Octavio (su personaje) y de pronto vi que había más historias. Era una época con mucha inocencia”, recordó García Bernal.