“Con casi 97.000 trabajadores que dependen de Broadway para su sustento y un impacto económico anual de 14.800 millones de dólares para la ciudad, nuestros miembros están comprometidos a reabrir tan pronto como las condiciones nos lo permitan”, señaló la presidenta de la Liga de Broadway, Charlotte St. Martin.
Como consecuencia de la COVID-19, las funciones llevan suspendidas desde el pasado 12 de marzo, cuando había 31 producciones en cartelera, incluidas ocho nuevas en fase de preestreno, además de otras ocho en ensayos de cara a un estreno inminente.
El cierre del distrito de los teatros es un duro golpe para la economía de Nueva York, donde cientos de miles de personas trabajan directa o indirectamente en ese sector, que es además uno de los grandes reclamos turísticos de la ciudad.
Broadway, que antes de la pandemia generaba unos 33 millones de dólares de ingresos semanales, espera recibir asistencia financiera de emergencia por parte del gobierno federal, pero hasta ahora no ha sido favorecida por el Congreso de Estados Unidos.
Aunque Nueva York logró controlar durante el verano el avance del virus tras ser una de las ciudades más golpeadas en todo el mundo, las autoridades mantienen aún duras normas que impiden operar a teatros y otras salas de espectáculos.
Con información de AFP y EFE