Mientras los organizadores de Roland-Garros y del US Open aseguran que estos torneos se disputarán en 2020, los de Wimbledon decidieron muy pronto anularlo por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.
Neil Stubley considera surrealista recorrer el club y ver sus 38 "bebés", como llama a cada una de las canchas, sin vida.
"Mucha sangre, sudor y lágrimas se han derramado para ponerlas a punto" para recibir a los tenistas, declaró en una conferencia de prensa en línea.
"Pero nuestra decepción es compartida por todo el club. Estamos muy orgullosos de nuestro trabajo y de su buena percepción en todo el mundo", añadió.
Stubley, cuyo cargo exacto es Jefe de Pistas y Horticultura de Wimbledon, dijo que el ambiente actual en el lugar, anormal en este periodo del año, le recuerda al que sigue de ordinario al cierre del torneo, cuando todos los jugadores se marchan a casa.
"Es un momento particular y la mejor manera de describirlo realmente es hablar de un extraño sentimiento de calma", añadió.
"Lo compararía al hecho de haber ido a un concierto: te queda esa melodía en los oídos durante los siguientes días", señaló.
Orgullo
Stubley precisó que sus 17 empleados, además de tres trabajadores temporales (por los nueve habituales en este periodo), continúan su trabajo pese a la anulación de la prueba.