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‘No se puede vivir como si la belleza no existiera’: Natalia Beristáin

La directora mexicana, quien participa en la película de cortometrajes 'Hecho en casa' (Netflix), habla sobre la aventura de filmar con su hija y la importancia del cine.
mar 30 junio 2020 12:23 PM

Jacinta tiene sólo cinco años, mide menos de un metro y, sin embargo, es autosuficiente como una mujer adulta. Toma un cuchillo y pica fruta, también se sube a un banquito y enciende la estufa para cocinar. Tras verla durante unos cuantos segundos, queda claro que, pese a su edad, está confinada en un departamento, sin padres.

Así comienza el cortometraje creado por la directora mexicana Natalia Beristáin, y protagonizado por su hija Jacinta, para la película que estrena hoy Hecho en casa (Netflix), en la que 17 reconocidos cineastas filmaron historias inspiradas en la cuarentena aptas para todo público, con las condiciones de que emplearan los recursos que tuvieran en casa y respetaran las reglas del distanciamiento social. La lista de realizadores incluye a Pablo Larraín (Chile), Paolo Sorrentino (Italia), Sebastian Schipper (Alemania), Ladj Ly (Francia), Nadine Labaki (Líbano) y Ana Lily Amirpour (Estados Unidos), entre otros.

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“Como tuve tan poco tiempo para hacer el corto –tres semanas–, me fui completamente por lo visceral, por las primeras intuiciones”, explica Beristáin en entrevista con Life and Style. “La verdad es que aún no puedo racionalizar todo lo que está pasando. Entonces, partí de las sensaciones e hice la historia de una niña que está sola en su casa, en donde claramente no existen los adultos. Quería retratar lo que una situación así genera: pasar del ‘qué bonita’ al miedo de pensar ‘¡por qué está sola!’”.

Por invitación del chileno Pablo Larraín, reconocido cineasta de No y Neruda y creador de Hecho en casa, la directora de No quiero dormir sola (2012) y Los adioses (2017) cuenta la que es, hasta ahora, la historia más personal de toda su filmografía: no solo tiene como protagonista a su propia hija, sino que es una ventana a su intimidad, pues la locación donde transcurre es su hogar en la Ciudad de México.

“Ahora que ya se va a estrenar, me pregunto si no podría haber limpiado un poquito más la casa”, dice Natalia y ríe. “En el plano personal, el cortometraje es un pequeño recuerdo del confinamiento que le quedará a Jacinta para la posteridad. Espero que ella lo recuerde como un momento luminoso”.

La cineasta mexicana, quien también ha dirigido episodios de series como El Presidente (Amazon) y Colosio: Historia de un crimen (Netflix), explica que desde hace tiempo tenía en la cabeza la idea de hacer un historia con su hija. “Aunque sabía que abordaríamos el corto de la manera más lúdica posible, le dije a Jacinta que era trabajo, que significaba que me iba a decir que ya se había cansado, pero que probablemente íbamos a tener que estirar la liga un poquito más. En la noche, cuando la acostamos, me dijo que lo había pensado y que sí lo quería hacer”.

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Pablo Larraín
El director chileno Pablo Larraín, quien ideó Hecho en casa, dirige un cortometraje cómico que fue rodado en su natal Santiago.

“Como tuve tan poco tiempo para hacer el corto –tres semanas–, me fui completamente por lo visceral, por las primeras intuiciones”, explica Beristáin en entrevista con Life and Style. “La verdad es que aún no puedo racionalizar todo lo que está pasando. Entonces, partí de las sensaciones e hice la historia de una niña que está sola en su casa, en donde claramente no existen los adultos. Quería retratar lo que una situación así genera: pasar del ‘qué bonita’ al miedo de pensar ‘¡por qué está sola!’”.

Por invitación del chileno Pablo Larraín, reconocido cineasta de No y Neruda y creador de Hecho en casa, la directora de No quiero dormir sola (2012) y Los adioses (2017) cuenta la que es, hasta ahora, la historia más personal de toda su filmografía: no solo tiene como protagonista a su propia hija, sino que es una ventana a su intimidad, pues la locación donde transcurre es su hogar en la Ciudad de México.

“Ahora que ya se va a estrenar, me pregunto si no podría haber limpiado un poquito más la casa”, dice Natalia y ríe. “En el plano personal, el cortometraje es un pequeño recuerdo del confinamiento que le quedará a Jacinta para la posteridad. Espero que ella lo recuerde como un momento luminoso”.

La cineasta mexicana, quien también ha dirigido episodios de series como El Presidente (Amazon) y Colosio: Historia de un crimen (Netflix), explica que desde hace tiempo tenía en la cabeza la idea de hacer un historia con su hija. “Aunque sabía que abordaríamos el corto de la manera más lúdica posible, le dije a Jacinta que era trabajo, que significaba que me iba a decir que ya se había cansado, pero que probablemente íbamos a tener que estirar la liga un poquito más. En la noche, cuando la acostamos, me dijo que lo había pensado y que sí lo quería hacer”.

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Hecho en casa Netflix
Hecho en casa estrenará el 30 de junio

“Me parece un ejercicio muy chingón. Pienso en el corto de Kristen Stewart, que es una gratísima sorpresa”, asegura. “En el de ella veo algo diferente, alguien que no está con su familia y está como enloquecida, así es el personaje que plantea. No es mi realidad, pero me hace pensar que sí debe de haber un montón de gente a la que esto le debe estar causando un corto circuito brutal por las consecuencias de la soledad. Me parece muy chingón que la película también sean sobre la soledad infinita”.

La lección que Natalia se lleva de esta cuarentena y la realización del cortometraje es “retornar a lo básico y poner el ojo en lo esencial”. Ha sido una temporada de introspección profesional para ella que afianzó su convicción de hacer cine.

“Esta crisis me refrendó que no sé hacer otra cosa que filmar; sin duda, tengo que seguir haciéndolo”, reflexiona. “Sé que se abren un montón de preguntas sobre nuestro quehacer, pero al final, luego de mucho pensar, termino con la sensación de que no se puede vivir como si la belleza no existiera”.

La cuarentena también ha sido como un espejo en el que reinterpreta su pasado, pues en la cotidianidad se descubrió compartiendo en la cocina momentos que ella misma no tuvo con su madre.

“Ha sido un momento de mucho aprendizaje, me descubro ahora leyendo cosas de cocina y queriendo probar recetas con mi hija”, explica. “Es interesante que ella esté conmigo en la cocina, que es algo con lo que yo no crecí, porque parte de la educación de mi mamá fue siempre alejarme lo más posible de la cocina para entrar en otro imaginario, y ahora me veo un poco forzada a regresar a la cocina y encontrar ahí un placer que desconocía”.

Al escucharla decir esto, la primera escena de Jacinta, esa niña-adulta en la cocina, cobra otro significado.

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