Joaquín Sabina es ese “crápula”, que no necesita, como dice Leiva, “demostrar su licenciatura en golferio”, sus propias canciones son un recorrido por sus más caros sueños, vicios y aprendizajes; sin embargo, el documental Pongamos que hablo de Sabina, es un desnudo completo de uno de los cantautores más queridos, polémicos y divertidos de la España que nació después de la dictadura de Franco.
La serie documental, que dirige Alberto del Pozo, narrada por Iñaki López, se mete en las entrañas de una vida donde la pasión, la música, la fiesta y el escenario, alimentan al originario de Úbeda, cuya “leyenda canalla empieza a fraguarse en Madrid en 1976, cuando el músico regresa de su exilio en Londres”, luego de la muerte de Franco.