'En La Línea De Fuego', la mejor película de John Malkovich
Por sí mismo, John Malkovich llena pantallas, reseñas, historias y películas, sin embargo, esta vez lo veremos desde el cristal de una de sus grandes actuaciones al lado de unos de los mayores monstruos de Hollywood, Clint Eastwood.
En el momento en que se realizó y estrenó En La Línea De Fuego (1993), Malkovich ya tenía el estatus de estrella y villano que se ganó a pulso cinco años antes con Relaciones Peligrosas (1988).
Si bien las películas que hizo después de esta no tuvieron el mismo impacto masivo ni de taquilla, le bastaron para alternar con un actor y director consagrado como Eastwood , y definir el rol que Malkovich ha mantenido con varios de sus personajes: el genial psicópata asesino.
En este caso es Mitch Leary, un inteligente ex-agente de la CIA maestro del disfraz, experto en armas y en su manufactura que fue despedido por su alta peligrosidad.
La historia, lo sabemos, es la del resentido que quiere darle una lección al patrón que lo echó, el gobierno de Estados Unidos, y qué mejor manera de hacerlo que asesinando al presidente.
Es aquí donde entra Frank Horrigan (Eastwood), otro ex-agente, pero retirado, que falló en su más grande encomienda: proteger a John F. Kennedy , algo por lo que carga una culpa atroz. Sin embargo le llega el momento de sacarse la espina al proteger a un nuevo presidente de un psicópata (Leary ), cuyas amenazas de muerte son tan certeras que son tomadas muy en serio por el gobierno. Todo en plena temporada de reelecciones.
Planteado el caldo de cultivo no queda más que ver esta persecución del héroe con toda la experiencia y práctica del mundo contra el genial asesino.
El momento cumbre llega con la carrera por las azoteas en la que el duelo entre ambos llega al punto de que la muerte de uno implica la del otro: Horrigan está a punto de caer, Leary lo toma de la mano. El primero saca la pistola y nuestro villano favorito es tan cínico que se atreve a poner la boca en el cañón e invita al otro a disparar, con la consecuencia obvia: Leary simplemente lo soltaría y caería sin remedio. Lo mejor de todo es el vínculo que se establece entre ambos y que se revela al final.
Esta idea de la boca en el cañón de la pistola fue una improvisación de Malkovich que fascinó al director y que mostró que era tan brillante con un personaje que le valió la primera de sus dos nominaciones al Oscar, ambas como 'Mejor Actor de Reparto'. No ganó en ninguna de ellas, sin embargo, ese rol lo consagró por un lado y por otro lo volvió el actor estereotipo de lo que mencionamos antes: el genial psicópata asesino.
No obstante, Malkovich es un actor extraordinario, tanto que, además de esos roles que lo han marcado y consagrado, tiene otros en los que muestra justo eso, su calidad. Esto sucede hasta en películas absolutamente “cándidas” y familiares como El Hombre De La Máscara De Hierro (1998), en donde como el dolorido, honorable y valiente Athos conquista tanto como el resentido Mitch Leary.