Así fue la vida feliz de Bob Ross
Protagonista de “El placer de pintar” o mejor conocido como el conductor de televisión de pelo afro que enseñaba técnicas de pintura mientras te daba frases motivacionales que se quedaban plasmadas en el óleo, podríamos deccir que hasta te daba cierta tranquilidad con el tono de su voz. Así la vida de Robert Norman Ross.
Antes de protagonizar 403 programas del exitoso programa que enseñaba cómo pintar, Bob pasó 20 años en la Fuerza Aérea de loa Estados Unidos y tras retirarse como sargento mayor juró que nunca más volvería a gritar.
Su éxito se lo debe a una de sus ex alumnas llamada Annette Kowalski, a quien conoció en uno de sus seminarios de pintura y quien notó su paciencia, técnica, las texturas y formas que usaba, y hasta la paz que daba escucharlo, por lo que decidió llevarlo a la pantalla grande.
La premiere de su programa fue en 1983 y duró hasta 1994, fue su habilidad para acabar pinturas en 30 minutos y su personalidad única lo que atrapó a miles de personas.
Kowalski aseguró que el carisma que se le veía en televisión no era espontáneo pues, todas las noches ensayaba a la perfección cada palabra que diría.
Además, hay quienes dicen que no cobró ni un peso durante la década que estuvo al aire, sin embargo, mucho otros lo consideran como uno de los pintores americanos mejor pagados de todos los tiempos. Aunque no venidió ninguno de sus cuadros, las ganancias que obtuvo gracias a su marca las donó a una fundación.
Cabe mencionar que antes de saltar a la fama Bob no tenía mucho dinero, así que decidió ahorrarse todo lo que pudo en cortes de pelo y decidió hacerse un permanente. Lo que nunca imaginó, fue que su pelo se convertiría en el logotipo de su programa, y cuando le comentó al productor que quería cortar su cabello, él se rehusó y le pidió que no lo hiciera, ya que el programa ya había logrado una gran identidad gracias a la melena feliz de Bob. "Nunca, nunca podría cambiar su pelo, él estaba tan enojado por eso", recuerda Annette.
El 4 de julio de 1995 Ross falleció a los 52 años de edad luego de ser diagnosticado con linfoma.