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Porsche nos platica por qué Le Mans 2020 será una carrera diferente

La 88 edición de Le Mans, que se correrá este fin de semana, promete ser especial, más allá de la ausencia de público, por las circunstancias que la harán prácticamente única.
sáb 19 septiembre 2020 01:56 PM
le mans
En los casi 100 años de historia de la prueba solo ha habido otro retraso similar: en 1968.

Los aficionados a las carreras de resistencia rara vez han tenido que esperar tanto como lo han hecho este año para ver las 24 Horas de Le Mans. Debido a la pandemia del coronavirus, la carrera clásica francesa se ha movido en el calendario, para pasar de la fecha tradicional de mediados de junio al penúltimo fin de semana de septiembre.

En los casi 100 años de historia de la prueba solo ha habido otro retraso similar: en 1968, cuando las 24 Horas de Le Mans se disputaron el 28 y 29 de septiembre por los continuos disturbios que hubo en París. En esa ocasión, la dupla formada por el mexicano Pedro Rodríguez y el italiano Lucien Bianchi ganó la carrera a bordo de un Ford GT40.

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Pero hacerse de la victoria no fue nada sencillo. En otoño, a diferencia de lo que ocurre en primavera, la noche en Francia se extiende durante 13 horas, más de la mitad de la duración de la carrera francesa. Si la noche en Le Mans es siempre una de las fases decisivas de la carrera, en 1968 tuvo horas extra de emoción, aderezadas con lluvia.

Algo similar ocurrirá en esta edición. Mientras que a mediados de junio, cerca del solsticio de verano, los días son más largos en el hemisferio norte, gracias a lo cual, los vehículos solo ruedan en la oscuridad solo unas ocho horas de las 24 que dura la carrera; en la nueva fecha de septiembre, la noche durará casi cuatro horas más y los equipos tendrán solo unas 12 horas de luz. Esto traerá varias consecuencias para los equipos y Pascal Zurlinden, director de competición de Porsche, uno de los equipos que participarán en la carrera de resistencia, nos habla de ellas.

El ritmo rápido

Una noche más larga significa más tiempo con menos temperatura ambiente. Un aire más frío significa más saturación de oxígeno y, en consecuencia, una combustión mejor y más eficiente de la gasolina. La temperatura media durante junio, según las estadísticas de los últimos 30 años, es de 16.8 grados, mientras que la media en septiembre es exactamente de un grado menos. Una regla de oro: si la temperatura ambiente cae cinco grados Celsius, la potencia del motor aumenta 1%.

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Por tanto, en la noche de las 24 Horas de Le Mans 2020 se podrá alcanzar un ritmo de carrera más elevado. Si las condiciones meteorológicas son buenas, veremos una carrera bastante más rápida en comparación con la de junio.

La anticipación a la lluvia

Las estadísticas meteorológicas durante las últimas tres décadas muestran que aunque hay menos lluvia en septiembre que en junio, suelen ser más fuertes que en junio. Pero hay un viejo dicho: siempre llueve en Le Mans. La gran pregunta es, ¿en qué momento de la carrera? La posibilidad de lluvia juega un papel importante en las tácticas de equipo. En mojado, las cartas se barajan de nuevo y aparecen nuevas oportunidades.

El sol bajo

Durante el anochecer y el amanecer en las 24 Horas de Le Mans, los pilotos tienen que luchar contra el deslumbramiento del sol. En la puesta de sol del sábado, la luz brilla sobre el parabrisas en un ángulo bajo y ciega a los pilotos, especialmente en las curvas de Indianápolis y Arnage. En el amanecer del domingo, este fenómeno sucede en la famosa zona de Tertre Rouge. Como el sol está más bajo a principios de otoño que en los meses de verano, tendrán que llevar los ojos entrecerrados más a menudo. “Pero no pasa nada; después de todo, son profesionales”, dice Zurlinden.

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La salida más pronto

A diferencia de años anteriores, las 24 Horas de Le Mans 2020 comenzarán a las 2:30 p.m. hora local. Uno de los motivos de ello es que el final de etapa del Tour de Francia, la famosa ronda ciclista, termina en París la tarde del 20 de septiembre. Para evitar interferir con ese evento, la legendaria carrera terminará un poco antes el domingo. Desde fuera, este pequeño ajuste puede parecer insignificante, pero supone menos tiempo de descanso y mayor estrés para los equipos.

La ausencia de público

Para los aficionados a las carreras, las 24 Horas de Le Mans son, sin duda, una de las grandes citas del calendario. Cada año, alrededor de un cuarto de millón de personas acuden al evento. Durante estos días, la capital del departamento francés de la Sarthe, con sus 150,000 residentes, se desborda por completo. Pero esto no sucederá en 2020: el organizador del evento, ACO, ha prohibido la entrada de espectadores al circuito.

Los aficionados siempre son una gran motivación. Las grandes tribunas frente a la línea de pits suelen estar abarrotadas, especialmente al inicio el sábado y al final el domingo. Ver las caras de euforia siempre sirve de impulso a los equipos cuando la energía empieza a agotarse en las horas finales de carrera. Pero este año será diferente.

El desaparecido desfile de pilotos

Durante el día, todo tipo de vehículos recorren los terrenos de acampada y las calles aledañas al circuito, siempre repletas de aficionados que rompen en aplausos cada vez que alguien quema goma en el asfalto. El broche del viernes anterior a la carrera lo pone el famoso desfile de pilotos por el centro de la ciudad. Pero, desafortunadamente, esto no será así en 2020: el espectáculo con pilotos a bordo de coches clásicos, haciendo el recorrido que va desde la Place des Jacobins hasta la Place de la République, ha sido cancelado debido a las restricciones que impone la lucha contra el coronavirus.

El polen en el ambiente

Los ojos llorosos, el picor de nariz y la medicación forman parte de la imagen habitual en el paddock de Le Mans en junio: muchos pilotos, miembros del equipo y aficionados sufren de alergia al polen debido a la gran cantidad de gramíneas que hay en la región de Sarthe. “Soy uno de los afectados”, asegura Zurlinden. “No hay forma de evitar tomar antihistamínicos en junio. Entre sus efectos secundarios figura el cansancio, algo que nadie quiere tener en una carrera de 24 horas. Así que, en este sentido, estoy encantado de que esta edición se celebre en septiembre, un mes libre de alergias”.

Aunque faltarán en las gradas y en los caminos los 250,000 espectadores que año con año luchan contra el sueño para no perderse ni un segundo de la que para muchos es la carrera más esperada del año, esta edición promete ser especial, más allá de la ausencia de público, por las circunstancias que la harán prácticamente única.

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