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Así fue como Seat se convirtió en la marca excitante y divertida que amamos

La automotriz española nació en la década de 1950 y tras un largo camino, en donde incluso se encontró en peligro de quiebra, Seat tuvo que luchar por sobrevivir y ser lo que hoy conocemos.
vie 31 julio 2020 11:50 AM
seat
Seat tuvo que atravesar un camino pedregoso para alcanzar el éxito del que goza actualmente.

Durante 60 años, Seat, el único fabricante de automóviles sobreviviente de España, luchó por encontrar su lugar en el mundo. Ahora, por fin, se ha establecido como una marca con su propia identidad, sus plantas están trabajando a toda su capacidad y está obteniendo ganancias para el Grupo Volkswagen, su propietario desde 1985.

El año pasado, la española superó el medio millón de ventas, obtuvo ganancias por 346 millones de euros y se hizo de la batuta dentro del Grupo Volkswagen para el desarrollo de la 'micromovilidad': scooters y otros modos de transporte personal no automotrices.

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Pero Seat tuvo que atravesar un camino pedregoso para alcanzar el éxito del que goza actualmente.

La historia de Seat (el nombre significa Sociedad Española Automóviles de Turismo) inició en la década de 1950. Pero en la recesión económica a fines de la década de 1970, la empresa española quedó al borde de la quiebra. Entonces carecía de su propia tecnología, no tenía planes de desarrollo de nuevos productos en puerta, ni una estructura financiera fuerte. En esta situación, la empresa tuvo que decidir si cerrar y o luchar por sobrevivir. Decidió luchar.

La empresa habló con Toyota sobre alguna forma de cooperación, pero encontró en Volkswagen un socio más receptivo. Para empezar, Seat se convirtió en el distribuidor de Volkswagen en España y se llegó a un acuerdo para ensamblar Polos en la planta de Pamplona que Seat había heredado de Authi, la operación española abortada de British Leyland. Paralelamente, inició su propio proyecto para desarrollar un automóvil nuevo, que reunió a algunas de las mejores personas de Europa: Giorgetto Giugiaro para el diseño, Wilhelm Karmann para la ingeniería de la carrocería y Porsche para un motor de cuatro cilindros de última generación.

El resultado, lanzado en 1984, fue el primer Ibiza, un hatchback cuidadosamente diseñado con un motor de 1.2 o 1.5 litros. Este modelo volvió a poner a Seat en el camino correcto.

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En 1985, cuando España estaba a punto de unirse a la Unión Europea, Volkswagen tomó una participación mayoritaria del negocio. Entonces España se estaba convirtiendo en una fuente importante de automóviles de bajo costo. La misma motivación trajo la anexión de Skoda por parte de Volkswagen en Checoslovaquia seis años después. A pesar de la mala reputación de Skoda en la era soviética, rápidamente se estableció como una marca confiable gracias a la ingeniería de Volkswagen.

En su momento, esto fue un problema en desarrollo para el grupo alemán, que tenía dos marcas que competían en el mismo nicho con automóviles que eran mecánicamente idénticos. Seat tenía que empezar a diferenciarse.

La nueva generación de Leon, lanzada en 2012, fue un punto de inflexión. Por primera vez, Seat pudo utilizar la última arquitectura MQB de Volkswagen. El estilo inteligente y distintivo, junto con los estándares premium de Audi en la fabricación, inspiró confianza en la marca y el nuevo Leon rápidamente ganó seguidores entre los entusiastas de los hatchbacks deportivos.

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Pero pese al éxito de Ibiza y Leon, la marca no estaba accediendo a un creciente número de clientes en busca de SUV. Así es que para abarcar más mercado Seat buscó el desarrollo incursionar en este segmento con el Ateca, que se diseñó sobre la plataforma MQB de Volkswagen y se fabrica en una planta de Skoda en la República Checa. Le seguirían otros dos SUV, el Arona más pequeño, fabricado en Martorell, y el Tarraco de siete asientos más grande, producido en una planta de Volkswagen en Alemania. Con estos tres modelos, Seat conformó una gama de productos suficiente para satisfacer la demanda del segmento más popular.

Gracias al lanzamiento de estos modelo, Seat pudo anunciar el primer beneficio en ocho años. Pero no se conformó con eso. Como la marca del grupo con los clientes más jóvenes, Luca De Meo, el entonces director global de Seat, presionó por el liderazgo grupal en conectividad y Seat se convirtió en el primer fabricante en integrar el asistente de voz Alexa, de Amazon, en sus vehículos.

Hace un par de años, Luca de Meo también impulsó la idea de separar Cupra, el nombre de sus modelos de alto rendimiento, en una submarca con modelos más exclusivos y apostando claramente por una alta deportividad de sus productos.

Seat presentó el primer modelo de Cupra, el Ateca, con un motor un motor 2.0 TSI de 296 hp, los cuales son enviados al asfalto mediante un sistema de tracción integral.

Pero el nuevo director de Seat en México, Juan Pablo Gómez, nos platicó que los planes de Cupra van más allá de solo tomar vehículos de Seat y ponerles motores potentes bajo el cofre. La nueva submarca deportiva recientemente presentó el primer modelo totalmente propio: el Formentor, que según nos platicó llegará a México en 2021, igual que el Cupra Leon. Morimos por probarlos.

Tras encontrar su camino, Seat ha metido la sexta velocidad. La marca de origen español también incluirá, a partir de 2021, seis modelos eléctricos e híbridos enchufables dentro de su portafolio de productos, como parte de la estrategia eléctrica de la firma. En la lista están el Mii eléctrico y el-Born, además de las versiones híbridas enchufables de León y Tarraco.

Seat finalmente tuvo éxito al ofrecer los productos correctos, tener la estrategia de ventas correcta y lograr el volumen necesario para volverse una marca exitosa. Lo que sigue en la lista es hacer que Cupra duplique las ventas globales en los próximos cuatro a cinco años. Suena complicado, pero la historia de la compañía española demuestra que nada es imposible.

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