Pero Seat tuvo que atravesar un camino pedregoso para alcanzar el éxito del que goza actualmente.
La historia de Seat (el nombre significa Sociedad Española Automóviles de Turismo) inició en la década de 1950. Pero en la recesión económica a fines de la década de 1970, la empresa española quedó al borde de la quiebra. Entonces carecía de su propia tecnología, no tenía planes de desarrollo de nuevos productos en puerta, ni una estructura financiera fuerte. En esta situación, la empresa tuvo que decidir si cerrar y o luchar por sobrevivir. Decidió luchar.
La empresa habló con Toyota sobre alguna forma de cooperación, pero encontró en Volkswagen un socio más receptivo. Para empezar, Seat se convirtió en el distribuidor de Volkswagen en España y se llegó a un acuerdo para ensamblar Polos en la planta de Pamplona que Seat había heredado de Authi, la operación española abortada de British Leyland. Paralelamente, inició su propio proyecto para desarrollar un automóvil nuevo, que reunió a algunas de las mejores personas de Europa: Giorgetto Giugiaro para el diseño, Wilhelm Karmann para la ingeniería de la carrocería y Porsche para un motor de cuatro cilindros de última generación.
El resultado, lanzado en 1984, fue el primer Ibiza, un hatchback cuidadosamente diseñado con un motor de 1.2 o 1.5 litros. Este modelo volvió a poner a Seat en el camino correcto.
