En un mundo en el que la tecnología digital domina nuestra percepción del arte, Alejandro González Iñárritu invita a un regreso a las raíces del cine con su nueva exposición, Sueño Perro: Instalación Celuloide, un proyecto multisensorial presentado en la prestigiosa Fondazione Prada en Milán –hasta el 26 de febrero de 2026– que también estará abierto al público –en una versión más pequeña– en las instalaciones de Lago Algo, en la Ciudad de México, hasta el 4 de enero de 2026.
El ‘Sueño Perro’ de Alejandro González Iñárritu
Hito en el que convergen arte y cine, esta muestra se consolida como una experiencia que desafía la percepción contemporánea y reivindica el medio analógico. A lo largo de un recorrido inmersivo en una penumbra tenuemente iluminada, Sueño Perro revela material inédito de Amores Perros, película que marcó un antes y un después en la cinematografía mexicana y que sigue resonando con fuerza en el presente.
Te recomendamos:
La obra maestra de González Iñárritu, que celebra su 25º aniversario en 2025, se presenta aquí en una dimensión completamente nueva, lejos del brillo digital. Proyectores analógicos de 35 mm emiten fragmentos reconfigurados de la película, interrumpidos por destellos de luz, rayones y claquetas que recuerdan la materia física del cine clásico. La fuerza visual y la textura del grano del celuloide sumergen al espectador en un universo tangible, en un homenaje a la estética y la tradición del cine en su forma más pura.
El corazón del proyecto es un mosaico de imágenes que quedaron fuera del montaje final, conservadas en archivos de la UNAM durante más de dos décadas. Más de un millón de pies de película, compuestos por 16 millones de cuadros, han sido rescatados y ritualizados en esta instalación, que no busca contar una historia lineal, sino ofrecer una experiencia en la que el espectador se enfrenta a la intensidad y la crudeza de escenas que reflejan los temas eternos del filme: amor, traición y violencia. La fuerza de estas imágenes y su carga emocional se potencian con una banda sonora creada especialmente para la muestra, una resonancia que impregna el espacio y evoca un sueño, una memoria, un fragmento de historia.
Este acto no es solo una mirada nostálgica al pasado, sino una reencarnación artística en el presente, una invitación a sentir lo que nunca fue; tal y como confiesa Iñárritu, “una resurrección más que un homenaje”. En una era saturada de lo digital, el director mexicano apuesta por la materialidad del cine, por su textura, su tiempo y su carácter físico, entregando al público una experiencia visceral y profundamente emocional.
Pero Sueño Perro no opera en solitario. En el mismo espacio, Juan Villoro ha concebido una exhibición complementaria titulada México 2000: el momento que estalló. Con recortes de prensa, instantáneas de reconocidos fotógrafos como Graciela Iturbide y Enrique Metinides, y otros contenidos culturales, la muestra ofrece un recorrido visual y sonoro que contextualiza ese México caótico, vibrante y en plena transformación. La intersección entre ambas propuestas, la táctil y la documental, refleja la riqueza de una historia que sigue latente en el presente, en la lucha constante entre el arte y el consumo, entre lo efímero y lo perdurable.
Y claro, la experiencia no termina con la exposición; también es posible adquirir un libro coeditado por MACK y la propia Fondazione Prada. Con imágenes del proceso creativo, storyboards, un prólogo de Miuccia Prada y textos de directores como Walter Salles y Denis Villeneuve o el crítico Elvis Mitchell, esta publicación se convierte en un objeto de colección que captura la esencia de Amores Perros. Un volumen que, más allá de ser una mera edición, es una declaración de amor por el cine, la memoria y el arte en su estado más puro.
Te puede interesar:
Sueño Perro representa un encuentro entre historia y modernidad, lujo y tradición en el que el cine, en su forma más física, reivindica su lugar en la estética del siglo XXI. Una oportunidad única de experimentar la magia del celuloide en su máxima expresión y de sumergirse en un diálogo intenso entre pasado y presente, entre lo tangible y lo intangible.