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¿El robo del siglo? Cinco claves sobre las joyas imperiales desaparecidas del Louvre

Ocho joyas de valor “inestimable” fueron robadas del Museo del Louvre el domingo. Acá cinco cosas que debes saber al respecto.
lun 20 octubre 2025 03:20 PM
¿El robo del siglo? Cinco claves sobre las joyas imperiales desaparecidas del Louvre
Museo del Louvre. (JULIEN DE ROSA/AFP)

Desde una diadema utilizada "casi todos los días" por la emperatriz Eugenia hasta la imposibilidad de vender estas piezas en su estado. Acá cinco cosas esenciales sobre las joyas históricas robadas el domingo en una espectacular operación en el Museo del Louvre, en París.

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Propietarios ilustres

Las piezas robadas atravesaron dos siglos de historia y fueron propiedad de importantes soberanas e emperatrices de Francia.

La diadema de perlas de Eugenia fue realizada por el famoso joyero Alexandre-Gabriel Lemonnier poco después de la boda de la emperatriz de origen español con Napoleón III, en 1853, al igual que su corona, también robada pero abandonada por los ladrones durante su huida.

El collar y los pendientes de zafiros fueron usados por la reina María Amelia (esposa de Luis Felipe I, rey de Francia de 1830 a 1848) y la reina Hortensia (madre de Napoleón III).

El collar y los pendientes de esmeraldas fueron un regalo de boda de Napoleón I a su segunda esposa, la emperatriz María Luisa, realizados por su joyero oficial, François-Régnault Nitot.

Obras "excepcionales"

Realizadas por los grandes joyeros de la época, como Nitot, Lemonnier o Paul-Alfred Bapst, estas joyas combinan diamantes, perlas y piedras preciosas para crear composiciones espectaculares.

El broche conocido como "relicario" de la emperatriz Eugenia, montado en 1855 por Bapst, se compone de 94 diamantes, entre los que destaca una roseta de siete diamantes alrededor de un solitario central, con dos diamantes en forma de corazón legados por el cardenal Mazarin a Luis XIV.

La tiara que también perteneció a la emperatriz de origen español cuenta con casi dos mil diamantes y más de 200 perlas. El collar de zafiros está compuesto por ocho piedras preciosas de color azul noche y 631 diamantes, y el collar de esmeraldas tiene 32 esmeraldas y 1.138 diamantes, según indica el Louvre en su página web.

Adquisiciones recientes

A pesar de su antigüedad, la mayoría de estas joyas llegaron al Louvre en las últimas décadas. De las ocho piezas robadas, siete se adquirieron desde 1985, incluidas dos que se vendieron en la subasta de las joyas de la corona de 1887.

El conjunto de esmeraldas se adquirió en 2004 gracias al fondo del Patrimonio y a la Sociedad de Amigos del Louvre.

El collar de zafiros de María Amelia se adquirió en 1985, y la diadema de la emperatriz Eugenia y su gran broche pasaron a ser propiedad del museo en 1992 y 2008.

De hecho, todas las joyas que fueron sustraídas son de un "valor patrimonial inestimable", según el Ministerio de Cultura.

Riego de despiece

En este contexto, expertos alertan sobre el riesgo de despiece de estas obras históricas, cuyas piedras y perlas podrían ser desmontadas y reutilizadas para fabricar otras joyas.

"Si no se recuperan estas joyas muy pronto, desaparecerán, seguro”, dice el historiador especializado en joyería Vincent Meylan.

"Ahí es donde el tesoro se vuelve inestimable. Corremos el riesgo de perder fragmentos de la historia de Francia", coincide el historiador Pierre Branda.

Con información de AFP

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