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¿Qué hay de cierto detrás del colágeno antiarrugas? Expertos responden

Si bien no hay una fórmula mágica para combatir el envejecimiento, sí hay algunas recomendaciones en el estilo de vida.
dom 17 noviembre 2024 03:00 PM
Foto de un hombre canoso y de barba frente al espejo observando las arrugas de la frente.
Una experta responde si el uso del colágeno es efectivo para el cuidado de la piel.

Desde hace años se ha promocionado al colágeno como un excelente elemento que ayuda a prevenir el envejecimiento de la piel e incluso a disminuir la profundidad de las arrugas en el rostro, pero ¿qué tan cierto es esto? ¿De verdad es efectivo? ¿consumirlo nos ayuda al cuidado de la piel ?

La dermatóloga Dawn Marie R. Davis, quien trabaja en Mayo Clinic en Minnesota, aclara algunas dudas básicas y confirma y desmiente desinformación alrededor del colágeno.

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¿Qué es el colágeno?

Para entenderlo mejor, la experta explica que el colágeno es un tejido de soporte de la piel que nos ayuda a tener firmeza y elasticidad, de hecho, al menos 30% de nuestro cuerpo está compuesto por esta proteína y, además de la piel, es común en huesos, tendones y órganos.

Sin embargo, conforme pasa el tiempo vamos perdiendo colágeno, lo que provoca flacidez y adelgazamiento de la piel (por eso comienzan a salirnos arruguitas en el rostro y las manos).

Por eso no es raro que la industria de la belleza haya volcado su esfuerzo en mantener el colágeno y, con suerte, en su regeneración.

Para esto nos venden complementos alimenticios (como cápsulas y polvo), pero en realidad los estudios alrededor del consumo de esta proteína no son concluyentes, sobre todo del consumo oral, ya sea a través de la dieta o de complementos.

Pero entonces… ¿el colágeno realmente ayuda a la piel?

La realidad no es tan alentadora como los anuncios de productos de belleza prometen.

La dermatóloga Davis explica que los productos tópicos, como sueros e hidratantes, no son tan efectivos como nos hacen creer. ¿Qué pasa? Que el colágeno es una proteína grande con una estructura compleja que no puede ser absorbida directamente por la piel.

Entonces, por más términos sofisticados que utilicen los productos de venta libre (como “péptidos de colágeno altamente hidrolizados”), no están considerados medicamentos ni están regulados por organizaciones especializadas como la FDA.

Sucede lo mismo con los complementos orales: no están regulados ni se consideran medicamentos y la mayoría, por más promesas que hagan en el empaque, en realidad no son claros en cómo funcionan, cómo fueron probados ni si sus composiciones e ingredientes son útiles, neutros o hasta potencialmente dañinos.

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