Según el alcalde, de la coalición de derecha liberal Juntos por el Cambio, la medida responde a los malos resultados en lengua y literatura mostrados en las recientes pruebas de nivel realizadas en las instituciones educativas.
La decisión, que generó una catarata de críticas, fue transmitida a todas las escuelas de la capital, tanto estatales como privadas, por una resolución de la ministra de Educación de la ciudad, Soledad Acuña.
"Los/as docentes (...) deberán desarrollar las actividades de enseñanza y realizar las comunicaciones institucionales de conformidad con las reglas del idioma español, sus normas gramaticales y los lineamientos oficiales para su enseñanza", señala la resolución.
Ya no se aceptará el uso de "e" para marcar un género no binario, ni tampoco la "x" o el "@" en la escritura.
Deberán desarrollar las actividades de enseñanza y realizar las comunicaciones institucionales de conformidad con las reglas del idioma español
Aunque los adultos tienen cierta resistencia, el lenguaje inclusivo, impulsado por el movimiento feminista y por la comunidad de LGBT+, es muy utilizado entre los adolescentes y jóvenes, y su uso es reconocido oficialmente en algunas facultades argentinas, como la de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.
"Es necesario mejorar pero (el camino) no es prohibir" ,reaccionó el ministro nacional de Educación, Jaime Perczyk, e instó a "redoblar los esfuerzos para que los chicos aprendan en mejores condiciones".
En Argentina, un país federal, el Ministerio de Educación nacional fija la política educativa y controla su cumplimiento pero cada distrito es responsable de las acciones educativas.
"Los que somos docentes de personas jóvenes sabemos que estas nuevas formas ya están instaladas en el aula y que eso no impide, en nada, la comprensión ni la lectura", advirtió en la red Twitter el escritor y doctor en filosofía Tomás Balmaceda.
La prohibición fue rechazada por los gremios docentes y centros de estudiantes al advertir que choca con la Educación Sexual Integral (ESI) y se opone a la ley de Identidad de Género de 2012
Esta restricción contrasta con la iniciativa que la misma Organización de las Naciones Unidas ha respaldado para la lengua hispana y otros idiomas en el que los pronombres pueden resultar invasivos para personas que no se identifican de forma binaria.