Un buque, aviones y lanchas interceptoras permanecen desplegadas en el Alto Golfo de California con un objetivo: salvar de la extinción a la vaquita marina, un raro mamífero del cual quedan contados individuos.
Las más recientes maniobras de la Marina mexicana y la organización ambientalista Sea Shepherd en la "Operación Milagro", lanzada en 2015, intentan evitar que la vaquita caiga en las redes de pescadores ilegales que van tras la totoaba, un codiciado pez también en riesgo de desaparecer.
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Los militares redoblaron la vigilancia en enero en el Mar de Cortés, de donde es endémica la vaquita, en medio de críticas de Estados Unidos de que México hace poco para proteger al que es considerado el mamífero marino más raro y amenazado del mundo.
El despliegue también se produjo luego de que investigadores avistaran ocho ejemplares entre octubre y noviembre pasado. Se estima que quedan hasta una veintena de individuos, según Sea Shepherd. Ahora, los marinos y miembros de la ONG vigilan el área todo el día, buscan mallas ilegales e impiden que los pescadores se acerquen a la "zona de tolerancia cero", donde vive la vaquita y marcada con boyas amarillas.
La vaquita tiene la mejor oportunidad (de sobrevivir) que ha tenido en décadas
Chuck Lindsey, director ejecutivo de Sea Shepherd.
Durante un recorrido, la Marina dijo que ha recuperado 70 redes en lo que va de este año, frente a 172 de todo 2021. "Los esfuerzos que hemos visto específicamente en los últimos tres o cuatro meses significan que la vaquita tiene la mejor oportunidad (de sobrevivir) que ha tenido en décadas", señaló a la AFP Chuck Lindsey, director ejecutivo de Sea Shepherd. "Vemos una reducción dramática en las redes de pesca ilegales en el agua", añadió.
El cetáceo más pequeño -que cuenta al actor Leonardo DiCaprio entre sus más célebres defensores- alcanza una longitud máxima de 1.5 metros y un peso de 50 kilos. Su nombre científico es Phocoena sinus y es fácilmente reconocible por los círculos oscuros que rodean sus ojos y boca, por lo que también es llamado el "panda del mar".
Su población disminuyó drásticamente porque los ejemplares quedaban atorados durante la pesca ilegal de totoaba, cuya vejiga natatoria se vende hasta en 8 mil dólares por kilo en China, donde se consume por sus supuestas propiedades medicinales.
Desde 1996 la vaquita está considerada como una especie en peligro de extinción, y en 2019 la UNESCO añadió al Golfo de California a su lista de Patrimonio Mundial en Peligro ante el riesgo de extinción de la especie.
Los marinos y funcionarios mexicanos vigilan desde la madrugada que los pescadores tengan autorizaciones para capturar especies permitidas. Tras las faenas para atrapar corvinas, les revisan las redes. Los trabajadores aseguran que evitan pescar totoabas y aplauden las medidas para proteger a la vaquita, pero algunos sostienen que las revisiones excluyen puntos clave.
"Lo que deben revisar es más allá del malecón, ahí salen muchas pangas (embarcaciones) que no tienen permiso", comentó Roberto López, durante una inspección. "Todos los días nos revisan a nosotros", añade López, y señala que hay pescadores que no hacen caso a las autoridades.